Miralem Pjanic acumula tres titularidades en tres partidos de Champions League que ha disputado el FC Barcelona. Aunque en LaLiga el bosnio no ha salido de inicio aún, en Europa está siendo fundamental para que los de Ronald Koeman vayan líderes de grupo. Y aún así, a pesar de todo, la sensación es que debe dar más de lo que está dando porque tiene calidad de sobra como para hacerlo.

Contra el Dynamo de Kiev, el balcánico volvió a repetir de inicio y completó un encuentro notable en todos los aspectos. Distribuyó juego, trabajo en defensa, jugó a uno o dos toques siempre que pudo e intentó buscar los espacios cuando vio ocasión. El problema es que a un mediocentro del Barça hay que pedirle más que hacer un choque de 7 o 7,5. A Pjanic hay que exigirle que arriesgue más, que busque la portería y que aproveche más su visión de juego.

El de Tuzla no es un cualquiera y en la Juventus de Turín ha sido como poco 'top 10' de mejores centrocampistas del mundo durante varios años. Aún así, siempre ha tenido un perfil bajo y se le ha infravalorado mucho más de lo que debiera a la hora de tenerle en cuenta. No obstante, su rendimiento y calidad siempre han estado fuera de toda duda y por eso el Barcelona decidió hacerse con él para reforzar su medular.

Teniendo eso en cuenta, cualquiera que conozca a Pjanic sabe que su potencial es mucho mayor que el que ha mostrado hasta ahora en el conjunto barcelonista. En Vitoria e incluso en Turín sí se atisbó a ver algo más del fútbol que lleva el de Bosnia dentro, pero lo que se le pide es que haga eso con mayor regularidad. Y se le pide precisamente porque ha demostrado a lo largo de su carrera que puede hacerlo.

Pjanic tiene que arriesgar y llegar más

Miralem tiene un disparo impresionante tanto a balón parado como con la pelota en juego, algo que en el Barça solo se le ha visto a cuentagotas. Contra el Dynamo apenas buscó puerta y eso es algo que tiene que hacer más a menudo. El equipo necesita que alguien amenace desde lejos para así poder liberar más a sus delanteros. Ni Sergio Busquets ni Frenkie de Jong son grandes amenazas en este aspecto, pero el ex bianconero sí lo es y tiene que demostrarlo.

Además, su facilidad para encontrar al hombre mejor posicionado es algo que todavía no se le ha visto demasiado en el Camp Nou. Tiene calidad y visión de sobra como para darle el balón al compañero mejor colocado, esté a cinco o a diez metros de él. En la Juve muchos se beneficiaron de eso y en el Barcelona muchos podrían hacerlo también si arriesga y da ese paso al frente que muchos le están pidiendo.