No hay nadie que pueda decir que Gerard Piqué no siente los colores del FC Barcelona. El zaguero titular del conjunto azulgrana volvió a demostrar ante el Sevilla FC, con un auténtico "show", que es un hincha más infiltrado junto al resto de sus compañeros. A parte de su increíble actuación, valedera del MVP que finalmente se llevó Andrés Iniesta, estuvo encima de compañeros y afición para levantar el ánimo y pedir ese último esfuerzo necesario.

En el segundo tiempo, y con un jugador menos, Piqué sabía mejor que nadie que los suyos necesitaban el aliento de la grada y que ésta se convirtiese en el jugador número doce, en este caso once por la expulsión. Y así fue. La hinchada blaugrana se comió a la sevillista y los cánticos valieron para que los de Luis Enrique resistieran hasta la expulsión e Éver Banega, que igualó las fuerzas.

"De los jugadores del Barça siempre se destaca su calidad, pero hoy hemos demostrado también mucho orgullo", dejó claro el más reivindicativo Gerard Piqué ante los micrófonos de Mediaset. El central recalcó lo expuesto anteriormente, el papel clave de la afición: "Nuestra afición es más callada en el Camp Nou, pero en las finales siempre nos ayuda mucho y los jugadores lo agradecemos".

Con la vigésimo octava Copa del Rey ya en el palmarés blaugrana, Piqué concluyó dejando claro que el partido no fue nada fácil. "Las cosas nos han salido muy bien. Nos hemos tenido que cerrar atrás después de la expulsión y buscar los contraataques. Esta no es una situación demasiado cómoda para los centrales, que sufrimos más al sacar el balón. Lo hemos luchado y lo hemos conseguido", sentenció.