En julio de 2008, el FC Barcelona de Joan Laporta decidió incorporar a Alexander Hleb por 15 millones de euros y otros dos por objetivos. El bielorruso llegaba del Arsenal, donde había triunfado junto a Wenger y Cesc Fàbregas, con quien formó una gran pareja en el centro del campo. En el Barça tenía la misión de dar un paso al frente en su carrera y consolidarse en un equipo de leyenda, pero acabó marchándose por la puerta de atrás.

El de Minsk no tuvo muchas oportunidades de demostrar su calidad, pero cuando las tuvo tampoco las aprovechó. Además, tuvo demasiados problemas con las lesiones y acabó fracasando en el único año que pasó allí. Los azulgrana se hicieron con el triplete, pero Hleb apenas tuvo importancia en la consecución de los tres títulos y se fue en 2009 al Stuttgart cedido. Tras pasar un año en la Bundesliga, donde triunfó antes de llegar a la Premier League, el Barcelona le buscó otra cesión, esta vez en Inglaterra, para jugar en el Birmingham durante la campaña 2010/2011.

En 2012, sin sitio en el conjunto culé, se fue prestado al Wolfsburgo, donde solo duró hasta diciembre por lesión. Al final, se acabó yendo gratis del Barça llegando a un acuerdo para rescindir su contrato en enero de 2012. Cuando llegó en 2008 era un jugador con calidad, polivalencia y carácter como para hacerse un hueco en la rotación barcelonista. La realidad, no obstante, fue bien distinta y la exigecia del Barça fue demasiada para el bielorruso, que años después, habiendo anunciado ya su retirada, recuerda su paso por la Ciudad Condal con amargura.

"Yo mismo me comporté como un tonto en mi paso por el Barça. El colectivo era muy bueno. Lamento no haber aprendido a hablar español", comenzó diciendo, responsabilizándose de su mala experiencia en Barcelona. El mediapunta también se refirió a Pep Guardiola, que no le dio mucha bola a pesar de haberlo pedido él. "Guardiola es un gran técnico, pero es verdad que debutaba como entrenador del primer equipo. Quería éxitos rápidos. Cuando once futbolistas juegan a gran nivel, ya no quieres cambiar", explicó en una entrevista a 'EFE'.

El internacional por Bielorrusia ha anunciado que colgará las botas esta campaña a los 38 años en el Raión Isloch Minsk de su país. Haciendo memoria e incidiendo en su pasado azulgrana, Hleb quiso destacar que para él fue un placer compartir vestuario con las leyendas con las que coincidió en el Barça. "Entrenar con ellos es increíble, es el cosmos. Recuerdo en los entrenamientos a Xavi. No cometía ningún fallo ¿Cómo es posible?", dijo, con una sonrisa de oreja a oreja.

Satisfecho con su carrera 

A pesar de que su carrera en la súper élite prácticamente acabó en el 2008 cuando llegó a Can Barça, el de Minsk está satisfecho con su trayectoria. El único pero que se apunta es no haber podido jugar un torneo de selecciones con su país, Bielorrusia. "Tuve una gran carrera. Cometí un par de errores, pero guardas buenos recuerdos de todos los clubes. El Barcelona era el mejor equipo del mundo y en el Arsenal fui muy feliz. Aunque mi mayor pesar es no haber disputado ningún torneo de naciones con Bielorrusia. Representar a tu país en una Eurocopa o un Mundial es un gran honor", concluyó.