El curso 2019-20 es la máxima prioridad del FC Barcelona, pero el mercado veraniego de fichajes se ha convertido en un periodo clave. En la Ciudad Condal deben atender a las exigencias deportivas, que pasan por luchar por los títulos, pero también a las económicas, que se han complicado por la crisis del coronavirus. Como a grandes y pequeños, a los catalanes les toca luchar por la estabilidad de presente y de futuro.

La realidad en el Camp Nou es delicada, y el principal problema es el choque entre la masa salarial y el presupuesto. La primera ya había voluntad de rebajarla, pero con la explosión de la pandemia esta necesidad se ha convertido en más urgente si cabe. No basta con los recortes aplicados durante el estado de alarma, porque si los alrededor de 630 millones de euros en sueldos eran demasiado en un presupuesto de 1.047 millones, con una reducción de cerca de 200 'kilos', hay que acelerar cuanto antes para evitar el desastre.

La situación es delicada porque las estrellas no quieren perder sus ventajas, y habrá que sentarse para negociar de nuevo. En una época de vacas flacas, todos tendrán que sumar, cada uno a su manera. Varias fuentes deslizan que la directiva podría solicitar un nuevo ajuste salarial a la baja, y también tendrá que convencer a algunos descartes de los técnicos a los que pretende colocar a lo largo de una intensa ventana estival.

Salidas e intercambios son la primera solución que barajan los azulgrana, y aunque esté decidida, eso no significa que sea fácil. En las noticias circulan nombres como los de Ivan Rakitic, Samuel Umtiti o Philippe Coutinho, pero perciben mucho y no están al alcance de cualquiera. Por eso habrá que cuadrar al detalle los trueques con aquellos que estén interesados y buscar el margen decisivo para que la jugada, en la medida de los posible, beneficie a las arcas barcelonistas, que busca un cambio para mejor.

La juventud es una apuesta que sería prometedora en las dos parcelas, tanto futbolística como financiera. Por una parte, el Barça debe prepararse para un cambio de ciclo en el que despedirá a Leo Messi, Sergio Busquets o Gerard Piqué, los últimos eslabones de la mejor generación de futbolistas de su historia. Por otra, los emolumentos que estas leyendas perciben están disparados en relación a los que otras perlas y promesas -sean de casa o de fuera-, se embolsarían en sus primeras temporadas en LaLiga.

El Barça está obligado a brillar en los despachos

Además de hacerlos sobre el césped, el Barça está obligado a brillar en los despachos, pero no sólo para fichar. Si se despide de Rakitic o Semedo, esquivará algunas renovaciones pendientes, pero hay otras que son inevitables. Marc-André ter Stegen quiere que sus méritos se reconozcan y Messi queda libre en 2021, y esos son casos de sueldos contundentes en los que no se puede perdonar. Antes de unas elecciones que marcarán el futuro, toca enfrentarse al desafío más complicado, y esta vez no valen las excusas.