Parece que esta Chile de Pizzi no carbura. El cambio de seleccionador tras la dimisión de Sampaoli parece que ha dejado al equipo aturdido y aletargado, tal y como se pudo ver en el primer encuentro frente a Argentina. Calidad tienen y jugadores valientes también, pero esa piña y ese equipo tan conjuntado que se veía con el otro técnico ha desaparecido.

Y suerte que todavía le queda la solidez de una defensa comandada por el azulgrana Claudio Bravo que con dos grandes intervenciones en el segundo tiempo salvó a los suyos. El capitán le imprimió coraje y agresividad desde el arco a los suyos, que comenzaron adelantándose en el marcados antes de los primeros diez minutos de partido.

Fue por mediación de un Arturo Vidal que ante una Bolivia rebelde y guerrera fue el único rey del partido. El ex de la Juventus dirigió, alentó y sacó la rabia de un equipo perezoso que se echó a dormir tras el tanto inicial. Algo que Bolivia aprovechó para hacerse con la pelota y ofrecer un bonito fútbol de toque y toque. Así, en el segundo tiempo llegó el gol del empate de Campos tras un gran lanzamiento de falta en el 60.

La débil Bolivia (débil sobre el papel, todo hay que decirlo) se conformaba con el empate como si de una victoria se tratase. Por ello comenzó a perder tiempo en los últimos quince minutos. Algo que el colegiado no toleró y acabó dando ocho minutos de alargue que acabaron con el gol de Arturo Vidal en el 100. Un penalti por manos del goleador Campos dejó al centrocampista del Bayern de Munich como el héroe de la noche. Chile se sitúa segunda empatada a tres puntos con Panamá, rival en la última jornada. Bolivia se despide del campeonato tras haber perdido también 2-1 frente a los panameños en el primer encuentro.