Sin duda alguna, Neymar Júnior fue el mejor del FC Barcelona frente al Atlético de Madrid durante los 90 minutos de partido. El delantero brasileño respondió cuando su equipo estaba pasándolo mal en el primer tiempo, y en el segundo siguió aumentando sus registros ofensivo. El astro de Sao Paolo fue por momentos la única opción ofensiva del equipo, la que explotó y gracias a la cual originó un gol que acabó anulado, tras falta de Luis Suárez sobre Oblack.

Y todo ello lo hizo volviendo a ser objeto de faltas y agresiones flagrantes. El once azulgrana se llevó patadas por doquier ante la complicidad de Mateu Lahoz. Gabi, Saúl, Savic o Vrsaljko, con el que mantuvo un duelo intenso toda la tarde, le hicieron faltas, agredieron y atacaron, pero nunca pudieron tumbarlo.

Pues a cada gol, "Ney" renacía más fuerte que antes. Todo ello le sirvió de motivación para acabar alcanzando un logro espectacular. La magia de Neymar dejó diez regates de quince intentados, o lo que es lo mismo, la cifra más alta que se ha dado en un partido esta temporada en LaLiga 2016-2017.

Neymar, objeto de faltas constantes

Todo ello hizo que el público le silbase e insultase (desde el minuto 0, todo hay que decirlo), pero no mermó sus ganas de jugar. Más maduro que nunca, Neymar se tiró al su equipo a las espaldas, inicio jugadas imposibles, marcó diagonales diabólicas y volvió loca a la defensa colchonera.

Todo ello hizo que fuera fruto de ocho faltas, pitadas por el colegiado valenciano. Muchas de ellas merecedoras de cartulina, pero muy pocas recibieron ésta. A pesar de todo, no pudieron coserle las botas y evitar lo inevitable. El crack carioca afronta el tercio final de la temporada, el que importa de verdad, en mejor forma que nunca.