El 2023 había arrancado con Robert Lewandowski siendo un nombre propio del FC Barcelona, más allá de su importancia goleadora, por su sanción tras recibir la doble amarilla en el campo del Osasuna antes del parón. Parece que aquellas semanas, y quitando de la ecuación su buena actuación en la Supercopa, sacaron de ritmo al jugador, pero también a un equipo que ahora mismo no puede encontrarse con su mejor jugador.

El centrodelantero de 34 años no ha decepcionado en su primera temporada como jugador azulgrana, pero su participación en los momentos más importantes de la temporada ciertamente no ha sido la más alta. Sus 31 participaciones directas (25 goles y 6 asistencias) en los 31 partidos que ha disputado esta temporada confirman que el '9' ha sido determinante, aunque las eliminaciones europeas o las dos derrotas en Liga, han dejado en evidencia tanto al jugador como a Xavi en cuanto a la incapacidad de hacerle entrar en juego. 

La nueva constante apuesta del técnico por un sistema con cuatro centrocampistas no parece favorecerle, aunque sí ha permitido que el equipo encuentre su mejor versión, sobre todo en fase defensiva. El míster del Barça ha planteado superioridad en el centro del campo en 8 de los 16 partidos jugados después del Mundial y aunque ganó varios partidos importantes de esta manera, suma dos caídas consecutivas sin arrancar con el clásico 4-3-3.

Este domingo frente al Almería se evidenció que la pérdida de un jugador en ataque le está pasando factura al Barça y que ahora sin Pedri, Lewandowski termina siendo un 'objeto' alejado de todo el fútbol del equipo de Xavi. De hecho en la segunda parte el polaco se vio obligado a retrasarse para poder entrar en juego y terminó tirando algún centro para un rematador que debía ser él mismo.

Deben salir de la repetición

Las críticas difícilmente puedan ir hacia un jugador que está siendo el Pichichi y que además podría definir la eliminatoria de Copa ante el Real Madrid, como bien lo hizo en la Supercopa ante los blancos, y también ante el Betis. Pero, la sensación es que el '9' depende mucho de lo que pueda o no generar el Barça y desde esa perspectiva se hace un jugador muy predecible para la defensa rival.