No fue la noche del Celta de Vigo en defensa, y sí estuvo más inspirado que de costumbre el FC Barcelona -y en especial Leo Messi-, lo que provocó una auténtica sangría de goles en la primera media hora de partido. Jordi Alba había asistido a Messi en dos goles con apenas dos minutos de diferencia, sentenciando la eliminatoria de octavos de final de Copa del Rey 2017-18.

Quizá para agradecer al de L'Hospitalet su gran determinación y precisión a la hora de asistirle, Leo Messi sacó la varita mágica antes de llegar a la media hora de encuentro para, prácticamente desde el centro del campo, inventarse una línea de pase que costaba ver incluso a través de la televisión, antes de que el rosarino decidiese materializarla.

El pase fue medido y la salida en falso de Sergio Álvarez contribuyó para que Jordi Alba, sólo con tirarse al piso para rebañar el balón, consiguiera enviar el balón al fondo de la portería rival y fraguar el 3-0 en el marcador, para el delirio absoluto de la afición del Camp Nou.

El FC Barcelona fue realmente una auténtica apisonadora este jueves en el santuario blaugrana, demostrando que esta temporada tiene un hambre descomunal para volver a ganar -por cuarta vez consecutiva- la Copa del Rey y luchar también por los demás títulos en juego.

Jordi Alba y Messi se entienden como nadie

Y en cuanto a Leo Messi y Jordi Alba, continúa la bonita historia de ambos esta temporada 2017-18. Y es que Alba marcó esta noche gracias a Messi, pero el de L'Hospitalet ya ha asistido en total este curso a 'La Pulga' en nada más y nada menos que ocho goles. Y tiene pinta, de hecho, de que la química entre ambos jugadores culés sólo puede ir a más a lo largo de la presente campaña.