Apenas unos minutos después de que Luis Suárez hubiese estrenado el electrónico contra el Levante, este domingo en el Ciutat de València, Leo Messi recibió un balón en profundidad de Sergio Busquets para 'matar' el partido en la primera mitad, al definir a la perfección ante la salida del portero Oier Olazábal, y de esta manera duplicar la ventaja para un Barça irregular, pero muy resolutivo.
El de Badía tenía el balón en el centro del campo, y con sólo levantar la cabeza vio perfectamente cómo Leo Messi corría, desmarcado. Le puso el pase medido en profundidad, y lo único que tuvo que hacer Leo Messi -parece fácil- fue acercarse progresivamente al área y, ante la salida del guardameta local, definir con un toque sutil.
Oier Olazábal ya sufrió a Leo Messi en los entrenamientos cuando jugó en el primer equipo del Barça, y aunque esta temporada había conseguido mantener la portería a cero en partidos importantes, como contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, ante el Barça le cayó un auténtico diluvio.
Leo Messi había marcado el segundo gol del FC Barcelona ante el Levante y el primero en su cuenta particular, pero aún habría tiempo para que cayeran dos dianas más de parte del argentino, insaciable, a pesar de que la primera mitad del Barça, a nivel colectivo, no había sido buena.
Pero Leo Messi sólo hay uno, y quizás todavía ande algo resentido por el hecho de haber quedado quinto en el Balón de Oro 2018, o bien tenga la motivación de acabar como máximo realizador del año 2018, por delante de un Cristiano Ronaldo con quien estaba empatado a 44 dianas antes de que diera comienzo el encuentro de este domingo.
Con Messi en el equipo, todo es posible
El caso es que, con Messi y sin necesidad de practicar un juego brillante, el FC Barcelona volvió a demostrar este domingo que tiene uno de los mejores ataques de la historia, y que es capaz de sentenciar partidos en los que ni siquiera le hace falta tener demasiada posesión. Con la calidad de los hombres de arriba, y en particular de Leo Messi, está todo hecho.