Leo Messi regresó al once del FC Barcelona después de perderse el partido contra el Getafe por lesión. El '10' completó el encuentro entero por primera vez en lo que va de temporada y dejó grandes sensaciones. Como es normal, físicamente se le vio un punto por debajo de su nivel habitual, pero aún así fue decisivo para la victoria culé ante el Inter.

El de Rosario salió en banda derecha, como es habitual, y desde ese costado intentó marcar la diferencia. En la primera parte, el Inter le controló muy bien y el argentino apenas pudo crear peligro en el área de los 'neroazzurros'. Los italianos controlaron la situación en todo momento y fueron mucho mejores en los primeros 45 minutos, pero en los segundos fue otro cantar.

El Barça salió mucho mejor en el segundo tiempo y, tras mucho trabajo, logró darle la vuelta al partido. El doblete de Luis Suárez le dio el triunfo a los barcelonistas, pero fue Messi el jugador que desequilibró el choque con sus movimientos y sus intervenciones más cerca del área rival. El cambio del Barcelona fue brutal tanto a nivel táctico, gracias a un acertado Valverde, como a nivel mental.

El cambio de mentalidad de los culés en los segundos 45 minutos, fue provocado, quizás, por la charla de Leo Messi y de otros jugadores en el túnel de vestuarios. El capitán fue más líder que nunca tanto dentro como fuera del campo, y arengó a los suyos justo antes de saltar al terreno de juego para disputar la segunda parte.

Fueron las cámaras de Movistar quienes captaron el momento y revelaron más tarde las imágenes. "No nos volvamos locos muchachos, salimos a presionar más y tan normal", empezó diciendo Messi. Piqué, tan inteligente como siempre, añadió algo más: A ver, o presionamos o nos vamos arriba, lo que no podemos hacer es un intermedio de ambas".

Es cuestión de tiempo que se vea al mejor Messi

Aunque ante el Inter se vio a un buen Leo Messi, es evidente que el argentino va a ir a más con el paso de los encuentros. Físicamente sigue sin estar a su mejor nivel y debería ir ganando velocidad y cambio de ritmo a medida que pasen las semanas. Pero, a pesar de esto, lo que sí demostró el rosarino ante los italianos es que no le hace falta estar a su mejor nivel para ser el mejor.