El FC Barcelona consiguió imponerse al Liverpool en el partido de ida de las semifinales de la Champions League disputado en el Camp Nou. Los culés no fueron superiores en el juego, ni tampoco en las ocasiones. Pero sí tenían sobre el terreno de juego a un futbolista capaz de superar los límites de la lógica deportiva: Leo Messi.
El astro argentino fue el gran timón del FC Barcelona durante el encuentro ante el durísimo conjunto dirigido por Jurgen Klopp. Los 'reds' dominaron y dificultaron la práctica del habitual juego azulgrana, pero Ernesto Valverde siempre contó con la carta del '10'. Más descarado que nunca, el capitán culé causaba estragos cada vez que tomaba el control de la pelota.
No consiguió marcar en el primer tiempo, en el que sí mojó su compañero y amigo Luis Suárez tras un pase de Jordi Alba. Pero en el segundo, llegaron sus oportunidades: primero, fue más listo que nadie para esperar un rechace tras un remate del uruguayo al larguero; poco después, se inventó una falta que entró como un misil por la escuadra, pese a estar muy lejana a la portería de Alisson.
En zona mixta, los compañeros de Leo Messi no pudieron hacer más que ponerse a los pies de su compañero y capitán por su gesta ante el Liverpool. Desde el equipo inglés, los Klopp, Van Dijk y compañía se rindieron a la evidente superioridad de un futbolista que cada vez deja más claro que es el mejor de todos los tiempos.
El caso es que incluso futbolistas y otros deportistas que estaban atentos al partido tampoco pudieron evitar deshacerse en elogios para el crack de Rosario. Algunos de ellos le conocían perfectamente tras haber jugado junto a él varias temporadas como pueden ser el ex capitán Carles Puyol, el actual jugador del Monaco Cesc Fàbregas o Marc Bartra, ahora en el Betis.
La 'messimanía' incluso se extendió a otros deportes y personalidades como Pau Gasol no pudieron evitar comentar el recital que había dado el mejor futbolista del planeta. El '10' está con muchas ganas y ahora tiene el reto de asaltar Anfield, de donde espera salir con el billete a la final de la Champions League en el bolsillo.