Desde hace unas semanas, parece que Leo Messi le ha cogido el punto esta temporada 2017-18 a las faltas directas. Siempre ha tenido un guante en la bota izquierda, pero con el golazo de falta directa de este jueves contra la UD Las Palmas, combinándolo con el que marcó hace unos días frente al Girona en el Camp Nou, sigue demostrando que es el mejor lanzador de libres directos del mundo.

Otra de las facetas en las que es el mejor, y eso que no son pocas. El caso es que en el minuto 20 de partido, en el Estadio de Gran Canaria, Leo Messi firmó un auténtico golazo de falta, un tiro potente que, aunque iba por el palo del portero, entró por la escuadra e inutilizó la estirada del guardameta de Las Palmas, Chichizola, quien minutos antes sí había logrado detener otro tiro de falta del argentino.

Messi se lo guisa y se lo come

Había sido el propio Messi quien había provocado la falta justo al borde del área, de la misma manera que minutos antes había sido derribado también mediante un placaje de Castellano en los aledaños del área, y que le sirvió al jugador de la UD Las Palmas para ganarse la amarilla.

La cuestión es que es imposible parar a Messi, cuando está en el estado de forma actual, si no es con falta. Y la conclusión es que, incluso cuando le hacen falta, si es al borde del área es prácticamente como si fuese medio penalti a favor del astro argentino.

Messi, un artillero insaciable

Con el primer gol conseguido contra Las Palmas, ya son 599 goles los que ha marcado Messi con la camiseta del Barcelona y la elástica de la selección de Argentina, unas cifras brutales que le siguen confirmando como el mejor jugador del mundo.

Son 31 además las dianas que acumula Leo Messi esta temporada 2017-18, 23 de ellos en LaLiga Santander, que le sirven para continuar persiguiendo con ahínco la posibilidad de conquistar este año 2018 una nueva Bota de Oro y desempatar así con Cristiano Ronaldo.