Hay partidos en los que a los árbitros les gusta tener algo de protagonismo. Fue este el caso del FC Barcelona-Sevilla, con un González González que no quiso pitar dos claros penaltis a favor del conjunto azulgrana, uno por manos de Lenglet y otro por un derribo a Ivan Rakitic.

Además de esas dos jugadas, sin embargo, en el tiempo de descuento González González también dio la nota en otras dos jugadas, esta vez consecutivas. Y es que, con el Sevilla volcado en el campo del conjunto culé, el FC Barcelona lanzó un contragolpe en el que Paulinho fue derribado con falta clara -y tarjeta- por un defensor del equipo andaluz, cerca del área rival.

Incomprensiblemente, el colegiado decidió no pitar nada y dejó seguir el juego, para cabreo de un público que empezó a abuchearle masivamente en el Camp Nou. Pero eso no fue todo. Porque, apenas unos segundos después, Leo Messi recuperó un balón de manera perfectamente limpia, y en esta ocasión González González sí tomó la decisión de pitar la falta.

Ante la airada -y lógica- reacción de Leo Messi, el árbitro respondió amonestando pasivamente al astro argentino, sin apenas dirigirle la mirada y enervando todavía más los ánimos en el santuario azulgrana. Por fortuna, el Barça consiguió defender la última jugada con solidez defensiva y se llevó tres puntos para continuar liderando la tabla clasificatoria.

Messi tuvo que morderse la lengua

Al término del partido, no obstante, las cámaras de retransmisión captaron cómo Leo Messi tuvo que contenerse para no ir a protestar a González González. Se mordió la lengua el astro argentino y se dirigió lentamente a los vestuarios.

Sabia decisión, dado que no sería la primera vez que, de manera injusta, un colegiado de LaLiga española decide sancionar a un jugador del FC Barcelona por protestas post-partido. Al final, lo único con lo que tiene que quedarse Messi del Barça-Sevilla de este sábado es el resultado.