Toda Barcelona, la futbolística, está en vilo ante la situación en la que se encuentra Leo Messi. Ya saben, cuando el rosarino estornuda la Ciudad Condal tiembla desde la Barceloneta hasta el Tibidabo. Por ello los dolores en el pubis, su abandono de la concentración argentina y su vuelta, con las pruebas médicas azulgranas mediantes, hacen que todos los focos estén iluminándole estos días.

Y el jugador, que este martes se entrenó en las instalaciones de la Ciutat Esportiva Sant Joan Despí sin unirse al resto del grupo, parece que se ve mucho mejor que hace días. El diez azulgrana es, de hecho, optimista ante el partido frente al Alavés del próximo sábado que tendrá lugar en el Camp Nou a las 20.30 horas.

Si bien no será hasta el próximo jueves cuando el atacante diga si está o no a disposición de Luis Enrique, las sensaciones por ahora son positivas. No hay aparente dolor y los dos próximos entrenos serán claves para saber si el mejor jugador del mundo estará en la lista de convocados de "Lucho" para el encuentro frente a los vitorianos.

El jueves el argentino realizará ejercicios con el resto del equipo. Desplazamientos de balón en largo, regates, toques y carreras explosivas marcarán si está o no apto para el choque. Eso y la cumbre en la que los servicios médicos, Luis Enrique y el jugador participarán el viernes, un día antes de la tercera jornada de LaLiga 2016-2017, serán los que dicten si Messi vuelve o descansa. Si Barcelona suspira angustiada o, por contra, respira aliviada.