A pesar de que se le esperaba una semana después, los compañeros de Leo Messi agradecieron que el capitán argentino volviese a iluminarles con su magia en los entrenos. Y es que hacía 63 días que el crack rosarino no se enfundaba la camiseta del Barça para ponerse a las órdenes de Luis Enrique. Este lunes 25 de julio fue su primer entrenamiento, siempre junto a Luis Suárez.

Y el rosarino se mostró risueño, bromista y siempre atento a las indicaciones del entrenador asturiano. Nada que ver con la tristeza que le acompañó hace 30 días cuando tras perder la final de la Copa América Centenario ante Chile decidió comunicar que abandonaba indefinidamente la albiceleste. Con el Barça, en cambio, todo es diferente.

En el equipo de la capital catalana es feliz y puede hacer lo que más le gusta, jugar a fútbol, sin la presión que encuentra siempre que está con la albiceleste. Luciendo su nuevo "look", participó activamente en el rondo de calentamiento de los ejercicios dirigidos por "Lucho". También se le pudo ver realizando las primeras carreras de su pretemporada.

La mejor medicina para el crack es esa: sentirse importante en el club de su vida y olvidar a golpe de goles y asistencias las últimas las noticias que han ido acompañando su nombre. Leo está de vuelta y esa siempre es la mejor noticia para todo aficionado culé, pues como bien saben, con Messi todo es posible.