El FC Barcelona se sacudió este sábado la presión estirando el liderato de LaLiga con una goleada al RCD Espanyol, y buena parte de la culpa la tiene Leo Messi. El argentino regaló una exhibición de calidad a todos los aficionados que vieron el enfrentamiento, en el que lideró a los suyos en casi todas las parcelas del campo y además alcanzó otro récord estadístico.

Nunca nadie en la historia de LaLiga había marcado tantos goles al conjunto blanquiazul, que tiene en el de Rosario a su verdugo más letal. Era su encuentro número 24 en el campeonato de la regularidad (32 en todas las competiciones), y lo celebró con dos tantos de libre directo que aumentan su cuenta hasta las 20 dianas.

Atrás han quedado ya dos históricos a los que el '10' ha superado en muchos registros, y es que Telmo Zarra e Isidro Lángara elevaron su listón hasta 18. Los tres empezaban el duelo en el RCDE Stadium empatados contra los 'pericos', pero el ex del Athletic Club y el ex del Oviedo miran ya al azulgrana desde la distancia.

Messi rompió el cerrojo espanyolista con un gran tiro libre en el minuto 17, tras una falta cometida sobre sí mismo. Diego López estuvo cerca de tocar el balón, pero su disparo acabó colgado en la escuadra y significó el 0-1 para los culés. En la segunda mitad, y tras los goles de Ousmane Dembélé y Luis Suárez, el canterano repitió, con un lanzamiento desde 40 metros ante el que nada pudo hacer el arquero. Era el minuto 65 y en un perfil distinto -más lejano y más a la izquierda-, pero el resultado fue el mismo, un festejo merecido.

Messi salió motivadísimo contra el Espanyol

Habría que preguntarle si fueron los comentarios de Pelé, el resultado del Balón de Oro o un compromiso tan importante como un derbi, pero el caso es que Leo Messi estuvo motívadísimo ante el RCD Espanyol. Además de apuntarse dos tantos, estrelló un cabezazo en la madera, y pudo redondear el 'hat-trick' en varias oportunidades en las que se impuso el cancerbero.

Durante los 90 minutos dio un recital de regates, disparos y pases, e incluso defendió algunas contras 'pericas' robando balones en su propio campo. Tenía muchas ganas de hablar donde realmente hace falta, y es que en el terreno de juego, todos saben que Messi es siempre el que lleva la razón.