A día de hoy, ya no es ningún secreto que todo el vestuario del FC Barcelona está del lado de André Gomes, con el objetivo de apoyarle para que poco a poco sea capaz de ofrecer su mejor rendimiento sobre los terrenos de juego. Uno de los capitanes del conjunto culé, Sergio Busquets, confesó en las últimas horas que en la plantilla todos intentan ayudar al portugués a que se sienta a gusto enfundándose la camiseta azulgrana.

Sin embargo, los 'bloqueos' de André Gomes han sido recurrentes en los últimos tiempos cuando le ha tocado jugar con el FC Barcelona, perdiendo balones y sin ofrecer un juego que convenza, para nada, a la mayoría de aficionados que acuden al Camp Nou.

Messi no celebró un gol al Leganés

El periodista de 'MD', Miguel Rico, ha recordado ahora una escena que se produjo el 19 de febrero de 2017, apenas unos días después de que el FC Barcelona hubiese caído goleado por 4-0 en el Parque de Los Príncipes contra el Paris Saint-Germain en Champions League.

Fue en el Camp Nou, en un Barcelona-Leganés que los blaugrana acabaron ganando gracias a una diana de penalti en el tiempo de descuento de Lionel Messi, y que el argentino decidió no celebrar. Pues bien, la citada fuente asegura que esto se debió a los silbidos que la afición del Camp Nou dedicó a André Gomes cuando saltó al terreno de juego, en un ingreso que se había producido minutos antes.

Todos apoyan a André Gomes en el Barça

A Leo Messi no le habría sentado nada bien que el público culé pitase a uno de sus jugadores, en este caso André Gomes, de la misma manera que, hace unos días contra el Atlético de Madrid, Ter Stegen y Luis Suárez también reaccionaron -uno intentando contagiar sus aplausos y el otro protestando airadamente- a los silbidos constantes de los aficionados hacia el portugués.

Y es que, al parecer, en el vestuario azulgrana todos están convencidos de que, si André Gomes consigue dar rienda suelta a su talento, el barcelonismo entero disfrutará y se verá beneficiado. Condiciones no le faltan al portugués. Eso sí, deberá amueblarse psicológicamente y no dejarse influir por las palabras y los silbidos de terceros. Sólo debe centrarse en el balón, en sus compañeros y en la portería contraria.