Leo Messi habló con la 'BBC'  en la ronda de entrevistas que ha realizado a raíz de su fichaje con el Paris Saint-Germain. El argentino se confesó y contó cómo se enteró de que no podía seguir en el FC Barcelona. El rosarino reconoció estar devastado cuando se lo dijo su padre y desveló que lloró junto a su mujer. Además, admitió que lo que más le preocupó fue tener que contárselo a sus hijos, que daban por hecho que se quedaban en la Ciudad Condal

"Mi padre vino a casa. Él se había ido en la mañana a juntar con Laporta. Cuando vuelve me lo dice y llegó el bajón. Luego me tocó prepararme para decírselo a Antonela y así, contárselo a los nenes. Se lo dije a ella. Lloramos, nos amargamos y nos levantamos para ver como se lo decíamos a los nenes de la mejor manera. En diciembre ya les dijimos que nos quedábamos, que íbamos a seguir y sabíamos el golpe que iba a ser, más para Thiago", apuntó.

En este sentido, se refirió a cómo se lo ha tomado su hijo mayor, Thiago. "Muchas veces pensamos demasiado y los chicos lo asimilan y lo aceptan de una manera que nosotros no pensamos. Thiago lo lleva por dentro, muestra que está feliz, contento y preparado para el cambio. Sé que es como yo, que lo está sufriendo por adentro sin expresarlo, pero tampoco es nada grave. Se adaptará como se adaptan todos. Será una nueva experiencia y crecerá", afirmó.

Por otro lado, destacó sus conversaciones con Neymar Jr y sus compatriotas argentinos en el momento de la negociación con el PSG. "Cuando mi papá habló con Leonardo por primera vez, Ney ya lo sabía. Hablamos, igual que con Di María y Paredes que estaba la posibilidad de que viniera. Me abrieron las puertas y con ganas de que se haga. Íbamos comentando los pasos para ver si venía o no venía", reveló.

Así les contó Messi a sus compañeros que se iba

Por último, cabe decir que Verónica Brunati, periodista argentina, habló con Leo y el ex azulgrana le explicó cómo les dijo que se iba a algunos de sus compañeros y ex compañeros del Barcelona. Parece que usó un grupo de 'Whatsapp' con los de su generación, la del 1987, en el que estaban por ejemplo Gerard Piqué o Cesc Fàbregas. "No me quiero ir. No se pudo hacer más, no hay dinero. El club está muy mal y no pueden renovarme", confesó el de Rosario.