Estos últimos años se está repitiendo en demasiadas ocasiones el patrón que se ha visto este sábado en Levante hasta el 1-1. Leo Messi marca y el Barça termina ganando con lo justo un partido que también podría haber perdido. Eso mismo ya se vio en Praga, contra el Slavia, y podría haberse visto en el Ciutat de València si no llega a ser por Campaña, Mayoral y Radoja.

Los tres futbolistas del Levante contrarrestaron el tanto inicial de Messi, que adelantó a los culés de penalti antes del descanso. El '10' transformó con un disparo impecable la pena máxima que había provocado Nélson Semedo para darle la victoria momentánea a los suyos. Nada hacía presagiar que ese no fuese a ser un choque más de los que gana el de Rosario, pero finalmente no fue así.

Porque, como de costumbre cuando el Barcelona no gana fácil, contra los granotas el capitán volvió a estar solo ante el peligro. Ni Luis Suárez, que duró algo más de 40 minutos sobre el césped antes de ser sustituido por lesión; ni Carles Pérez, que entró por él; ni Ansu Fati, que salió en el segundo tiempo; ni Antoine Griezmann, que volvió a esar muy gris, estuvieron a la altura del argentino.

Messi es un rayo de luz en el desesperante ataque azulgrana. Solo él ve huecos donde el resto ven camisetas rivales y solo él genera peligro simplemente con levantar la cabeza y mirar a puerta. Con 3-1, el '10' fue el único que quiso reaccionar e ir a por el partido, pero, aunque a veces se empeñe en demostrar lo contrario, ni siquiera este extraterrestre es capaz de ganar sin ayuda.

Messi lo intentó todo, pero no tuvo ayuda

A pesar de todo, el internacional albiceleste marcó el 3-2 tras llevarse un rebote y dejar sentado al portero con un regate de otro mundo sin tocar la pelota. Los culés celebraban, él cogía el balón, pero mientras el VAR hacía su trabajo y le 'chivaba' al árbitro que Griezmann estaba en fuera de juego en el inicio de la jugada. El gol, por lo tanto, fue anulado, y con él se diluyeron todas las opciones de remontada que Messi había iniciado.

En los últimos diez minutos, los blaugrana apenas inquietaron la meta rival y solo un par de acercamientos de Ansu Fati lograron poner en aprietos a Aitor Fernández. Messi siguió intentándolo, pero con ningún compañero a su nivel habitual, el de Rosario no pudo ganar el choque solo. Después de hablar tanto sobre su futuro estos últimos meses, quizás habría que preguntarse si el '10' podría terminar cansándose de ser el único que da la cara en los días más negros del Barça.