Leo Messi siempre aparece en los momentos importantes, y por eso no extrañó que lo hiciera al comienzo de la segunda mitad en San Mamés, cuando el FC Barcelona iba perdiendo 2-0 en La Catedral, en el partido de ida de octavos de final de Copa del Rey 2016-17.

El astro argentino del conjunto azulgrana empezó 2017 como lo acabó: maravillando. Anotó un golazo de falta directa, desde una posición escorada en la banda izquierda y que recordó a otra falta que transformó años atrás en el Calderón contra el Atlético de Madrid.

En esta ocasión, sin embargo, el portero Gorka Iraizoz llegó a tocar el balón y por poco detiene el disparo, aunque finalmente el balón rebasó la línea de gol y no hubo espacio para un "gol fantasma" en La Catedral. El gol dio esperanzas al FC Barcelona, a pesar de que los culés no tuvieron muchas más ocasiones claras de gol a lo largo del partido.

Marcar en Bilbao, de vital importancia para el Barça

Independientemente de ello, el hecho de marcar en San Mamés era de vital importancia para los de Luis Enrique en la eliminatoria, teniendo en cuenta el valor doble de los goles en este tipo de rondas cuando se produce empate.

Leo Messi, pese a no poder contribuir a una hipotética victoria del Barcelona, permitió que el equipo culé no se marchara de tierras vascas con la cabeza gacha. Tocará seguir trabajando de cara al duelo frente al Villarreal y, sobre todo, para la vuelta de octavos de Copa del Rey en el Camp Nou.