Grande, muy grande fue el enfado de Luis Suárez con el asistente de Óscar Tabárez tras comprobar en el minuto 80 que no era el elegido para entrar en el terreno de juego del Uruguay-Venezuela. El delantero del FC Barcelona se había pasado varios minutos calentando a un ritmo fuerte tras la portería de Muslera, lo que le hacía pensar que acabaría participando. Pero finalmente no lo hizo… Y gracias.

Pues lo que el atacante no sabía es que estuvo a una decisión de haberse convertido en el nuevo "caso Cheryshev". Pues según ha trascendido, el nueve charrúa no estaba habilitado para participar en el partido ya que le habían inscrito como un jugador lesionado. Algo que, en caso de haber participado algún minuto en el partido, habría invalidado éste.

Quizás el resultado final para Uruguay (la eliminación) no se habría, movido pero sí se habría pasado del 1-0 al 3-0 favorable para los venezolanos ante la irregularidad. Por tanto, lo mejor que le pudo pasar al azulgrana, por mucho que le pese, fue no haber entrado en el segundo tiempo del partido.

Según las normativas de la Copa América, si un jugador está inscrito como lesionado en el partido no puede participar ni un solo minuto del juego de éste. Sí que puede calentar junto a sus compañeros y sobre el terreno de juego, sentarse en el banquillo junto a estos, ser sancionado por el colegiado e incluso tener que pasar el control antidopaje… Pero no jugar.