Luis Suárez fue uno de los jugadores más señalados del FC Barcelona en ese comienzo de temporada. El charrúa empezó torpe, lento y muy fallón de cara a puerta. Muchos incluso señalaron que Antoine Griezmann podría haberle sustituido como falso delantero en el once inicial. Las cosas no le iban bien al '9', pero como todo buen 'killer', ha tornado las críticas en alabanzas en cuanto los goles le empezaron a entrar.

El de Salto lleva ya siete goles en lo que va de temporada en los nueve partidos que ha jugado. Son números espectaculares para un delantero que parece tener que callar bocas cada poco tiempo en las últimas dos campañas. Pero lo más increíble del uruguayo es que cinco de eses siete tantos hayan llegado de manera consecutiva en los últimos cuatro encuentros que ha disputado.

Suárez lleva cuatro choques seguidos mojando y desde el 28 de septiembre siempre ha celebrado alguna diana. Esa tarde marcó contra el Getafe para darle la victoria a su equipo lejos del Camp Nou. Fue la primera de la campaña, con lo que su diana (anotó el 0-1) fue fundamental. Después marcaría dos contra el Inter en Champions, otro contra el Sevilla y el de este pasado fin de semana contra el Eibar.

Como curiosidad, cabe añadir que el charrúa ha logrado encadenar cuatro partidos seguidos marcando en hasta nueve ocasiones desde que juega en Can Barça. La temporada pasada no logró hacerlo ni una sola vez, pero de esas nueve, en una alcanzó los seis choques consecutivos anotando. Fue en el curso 2015-2016 y acabó con ocho goles en seis encuentros.

Suárez ha cambiado y no volverá a ser el de antes

Aunque esta increíble racha goleadora lo haya tapado, futbolísticamente Suárez sigue sin estar al nivel de sus mejores años. Ya no tiene la punta de velocidad de antaño, le cuesta más combinar en espacios reducidos y no va a la presión con la ferocidad de antes. Si en algún momento vuelve a pasar por una racha goleadora negativa, es probable que vuelva a estar en el punto de mira de todo el mundo.

Lo que probablemente habría que entender es que el Suárez de hace dos o tres años ya no está y no va a volver. Esta versión más madura no tiene tantas virtudes como la de antes, pero sigue teniendo muchas cosas que le hacen ser diferencial. La afición debería quedarse con todas ellas y con los muchos goles que va a seguir metiendo hasta que se marche del Barça.