El FC Barcelona sigue centrado en la lucha por los títulos, pero no descuida su planificación para la próxima temporada. En la ventana estival de 2020, los catalanes afrontarán otra reforma en la plantilla, a la que pretenden añadir varias jóvenes estrellas y a la que restarán veteranía y dudas con algunos traspasos. Antes de confirmar un proyecto muy ambicioso, habrá que resolver varios asuntos pendientes en la Ciudad Condal.

Uno de los que se juega mucho en los próximos meses es Ousmane Dembélé, que todavía no ha logrado explotar en el Camp Nou. A sus 22 años, y tras brillar en el Rennes y el Borussia Dortmund, aún se espera mucho del campeón del mundo, pero sus opciones se van apagando poco a poco por un carrusel de lesiones y una irregularidad que apenas le han permitido mostrar algunos chispazos de su enorme calidad.

Pese al durísimo golpe que supuso su última recaída, el galo no habría perdido la fe, y su entorno insiste en que quiere triunfar en la escuadra barcelonista. Ese fue el sueño que le llevó a declararse en rebeldía en el Signal Iduna Park, y por el que forzó para cambiar de aires en un 2017 muy agitado. Desde que aterrizó en LaLiga, ha acumulado revés tras revés, pero estaría dispuesto a resistir para un último intento.

Como ya se empieza a asumir en el club, la campaña 2020-21 traerá la última oportunidad para el de Vernon, que no quiere salir en verano. Así lo habría confirmado uno de sus amigos personales a 'France Football', y habría especificado que el joven está en sintonía con sus superiores. Tras demasiado tiempo enredado en decepciones y polémicas, es consciente de que o sube al tren, o su tiempo se acabará más pronto que tarde.

El Barça busca soluciones para el caso Dembélé

La mejor noticia para el Barça sería que Dembélé aparcara sus lesiones y aprovechara su tremendo potencial, porque eso empezaría a justificar los 105 millones de euros (más 40 en variables), que se invirtieron para reclutar a uno de los relevos de Neymar. Si el curso que viene no se nota la mejoría y el francés no aparece por el césped, habrá llegado el momento de tomar decisiones, y no serán agradables para nadie.

Una venta del delantero a día de hoy sería un borrón enorme en las cuentas del club, que buscaría operaciones más favorables. Con el crack lesionado, apenas se escucharán algunas propuestas en el verano de 2020, pero se moverán intereses por si en un año vuelven a surgir. Recuperar el dinero es prácticamente imposible, así que habrá que ver si la cesión con opción de compra o el trueque no se ponen sobre la mesa.