El fútbol de élite es una montaña rusa en la que no hay respiro, y en la mayoría de ocasiones, no hay tramos planos, sólo se sube o se baja. La caída libre de Ousmane Dembélé en su llegada al FC Barcelona la ha compensado en su segunda campaña como azulgrana, en la que está ascendiendo de manera meteórica y es uno de los futbolistas más en forma del conjunto catalán. Entre otras mejoras notables, los goles empiezan a avalarle.

Pese a no ser un especialista, el de Vernon se está destacando como uno de los mayores realizadores culés, y lleva ya cinco tantos en seis partidos. Arrancó la temporada 'mojando' y apenas descansó en un encuentro, el primero de LaLiga contra el Deportivo Alavés. Sevilla, Valladolid, Huesca, Real Sociedad y PSV Eindhoven, en cambio, sí sufrieron su renovada inspiración.

Precisamente, contra los holandeses se estrenó en la Champions, lo que le convierte en el único de la plantilla que ha marcado en todas las competiciones disputadas. Sólo Gerard Piqué podría igualarle, ya que anotó también en la Supercopa de España. Eso sí, primero debería escribir su nombre también en LaLiga, y habrá que ver qué ocurre cuando llegue la Copa del Rey. Si sigue en este estado de forma, seguro que no le supondrá un problema.

Dembélé mejora su puntería y se convierte en decisivo para el Barça

Además de la distribución de sus goles, cabe destacar que sólo ha necesitado los mencionados seis encuentros para superar las cuatro dianas que hace unos meses logró en 23 apariciones. Eso, más allá de ser un premio a su esfuerzo, habla muy bien de su adaptación al club, al que ya conoce mejor y en el que ha podido dejar atrás los duros episodios de lesiones, que le lastraron en el año de su debut.

Por si sus logros fueran pocos, también es uno de los jugadores más decisivos del Barça, y sus goles han certificado victorias contra Sevilla, Valladolid y Real Sociedad. Contra el PSV, marcó el segundo de los cuatro, pero encarriló un enfrentamiento que se estaba poniendo peligroso y que remató Leo Messi antes de la expulsión de Samuel Umtiti.

Lo mejor para Dembélé, es que con 21 años todavía tiene un inmenso margen de mejora, y que a base de insistencia, ha transformado las críticas en elogios. Sus compañeros ya defendian a un joven al que veían con potencial para ser estrella, y, visto lo visto, lo está empezando a demostrar donde toca, sobre el terreno de juego.