Xavi Hernández no quiere que Gerard Piqué se convierta en un dolor de cabeza para el FC Barcelona en la 2022-23. Por ello, antes del comienzo de la pretemporada, el míster de Terrassa convenció al jugador de mantener un perfil bajo durante este año, evitando polémicas vinculadas a su vida privada y empresarial que generaran un ambiente hostil con la prensa. Y el central, de momento, ha cumplido con creces.

Alejado de las redes sociales y manteniendo a raya su acostumbrada agitada vida noctura, el jugador de 35 años se ha convertido en uno más de la plantilla, sumándose a diario a los entrenamientos y aguardando por minutos en el banquillo. En ese sentido, el '3' sabe que lo tiene muy complicado tras las llegadas de Andreas Christensen y Jules Koundé, además del buen nivel mostrado por Eric García en el comienzo de la temporada.

Sumando a Ronald Araújo (quien ha comenzado la 2022-23 como lateral derecho), Piqué es en este momento el quinto central del Barça, pero lo apretado del calendario hace prever que, más temprano que tarde, las rotaciones obligarán a Xavi a echar mano del capitán, por lo cual el jugador debe mantenerse a tope físicamente y demostrar que aún puede ser muy últil al equipo, más cuando la exigencia esta temporada es total.

La inversión realizada en el verano obliga al Barça a, cuando menos, ganar LaLiga, un objetivo en el que el club comenzó con un inesperado tropiezo en casa ante el Rayo (0-0). De su lado, Gerard mantiene al margen su rol de empresario con su poderosa compañía Kosmos, minimizando sus apariciones públicas en asuntos vinculados con el Andorra y con la Copa Davis. Eso sí, su vida amorosa sigue dando titulares a la prensa 'rosa'.

La rebaja salarial, otro 'culebrón' pendiente con Piqué

Mientras el programa de farándula 'Socialité' filtra las primeras fotografías del defensor con su nueva novia, Clara Chía, en Can Barça se sigue discutiendo la posibilidad de rebajar nuevamente el sueldo de Piqué. El jugador ya ha diferido más de 30 millones de euros de su ficha desde el comienzo de la pandemia en 2020 y, con dos años restantes de contrato, hasta ahora ha sido imposible hacer un nuevo reajuste que encaje con la normativa de LaLiga. Lo mismo sucede con Sergio Busquets. Mientras tanto, Koundé sigue esperando para ser inscrito.