La temporada 2018-19 no ha sido nada fácil en este sentido, pero hace algunas semanas que el FC Barcelona ha conseguido poner freno a las lesiones. En la enfermería del conjunto catalán, de momento, sólo están Rafinha Alcántara y Thomas Vermaelen, aunque en estos días, como le ha pasado en los últimos años, el centrocampista vuelve a sonreír después de mucho tiempo.

El de Sao Paulo se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda a finales de noviembre, en un partido contra el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano en el que logró resistir sobre el terreno de juego antes de confirmar la desagradable noticia. Ha sufrido tres problemas serios en esta zona en las últimas tres campañas, pero como muchos de sus compañeros destacan a menudo, tiene una mientalidad de hierro.

Después de asumir otro duro golpe para su carrera, el crack se puso manos a la obra, y tras pasar por el quirófano, inició un lento y exigente proceso de recuperación. Semanas atrás, se anunció que había acabado la primera fase y que en breve volvería a reunirse con sus compañeros, y que sería más habitual verle pasar por el vestuario.

Todavía queda un tiempo para que asome en las sesiones del grupo, pero Rafinha ya trabaja en la Ciudad Deportiva culé. Este es un síntoma de que las sensaciones son positivas, y más atendiendo al mensaje que compartió este miércoles con sus seguidores en las redes sociales. "Oh, gloria, luces después de la tormenta", apuntó, añadiendo un vídeo en el que ya se le puede ver haciendo carrera sobre el césped.

Pese a que estas son, claramente, buenas noticias, el canterano advirtió no hace demasiado que no quiere precipitarse, y que probablemente no juegue más en esta campaña. Sus aspiraciones pasan por recuperar ritmo y nivel y volver a los entrenamientos colectivos, de cara a estar listo para el verano y poder realizar sin más contratiempos la pretemporada 2019-20.

Rafinha debe decidir su futuro un año más

Tras estar más fuera que dentro hace apenas unos meses, en la ventana estival Rafinha deberá decidir su futuro un año más. Su contrato expira en junio de 2020, por lo que en enero sería libre para negociar su salida a coste cero. El brasileño se sentará con el Barça para determinar si habrá un hueco en la plantilla para él con oportunidades de jugar, algo que siempre ha reclamado, o si, por el contrario, debe buscar los minutos en otro equipo de primer nivel.