Quique Setién fue valiente en Balaídos y salió con un once con las dos grandes joyas de la Masia del FC Barcelona a día de hoy. Riqui Puig y Ansu Fati​ fueron titulares y completaron un muy buen partido en líneas generales. Dejando a un lado a tres mega estrellas como Leo Messi, Luis Suárez y Marc-André ter Stegen, los dos fueron sin duda las dos grandes notas positivas que dejó el encuentro frente a los celtiñas.

Aunque el Barça no estuvo nada mal en el primer tiempo, tampoco es que hiciera unos primeros 45 minutos para el recuerdo. Tampoco los segundos fueron así, y se podría decir que los culés estuvieron incluso peor. Pero si en la primera parte se vieron cosas interesantes fueron en gran parte culpa del aire nuevo que le dieron al equipo Ansu, y en especial Riqui. El de Matadepera fue de los mejores del choque y dejó muchos detalles de nivel.

El centrocampista ofensivo no es un interior al uso, aunque juegue en ese puesto, y desde pequeño tiene alma de mediapunta. Juega a un toque, a dos, conduce siempre que puede para romper líneas de presión y busca el pase al espacio o entre líneas en cuanto puede. Dio muchísimas soluciones al juego del Barcelona y fue un gran socio de Messi, que le buscó bastante. El dinamismo que aporta fue un soplo de aire fresco que todo el equipo agradeció.

Su físico es lo único que deja dudas ahora mismo, ya que en todo lo demás va sobrado. Técnicamente está sobradamente capacitado para jugar en el Barça, pero su cuerpo aún le hace perder duelos individuales que debería ganar. A pesar de todo, es tan listo y tan ágil y veloz cuando sale conduciendo que suele encontrar soluciones casi siempre. En el segundo tiempo dejó una de sus clásicas conducciones dejando atrás a varios rivales que hubieran levantado a media grada de haber habido público.

Ansu también brilló en la izquierda

En el caso de Ansu, el hispano-guineano no brilló tanto, pero aún así fue de lo mejor del Barcelona en ataque. Sobre todo en el primer tiempo desequilibró casi siempre que la tuvo y usó su velocidad para poner en problemas a la zaga viguesa. Ninguna de sus carreras acabó en nada, pero se quedó muy cerca de poner en aprietos a Rubén Blanco en más de una ocasión. Además, se movió bien y demostró su gran entendimiento con Messi.

El internacional Sub-21 español tiene alma de delantero y lo demuestra siempre que está en el campo. Suele desmarcarse con inteligencia y en cuanto pueda aparece en zona central buscando el remate. En una de esas ocasiones Messi le vio solo dentro del área y solo la aparición por sorpresa de un defensa del Celta evitó que el tiro de Fati acabara en gol. En los segundos 45 minutos bajó su nivel y por eso fue el primer cambio de Setién, que a partir de ahora tendrá problemas para hacer sus alineaciones. Riqui y Ansu han llegado para quedarse