Fue, sin dudo alguna, el hombre de la segunda parte. El central del FC Barcelona Jeremy Mathieu fue ángel y demonio para la afición del conjunto blaugrana en poco menos de cuatro minutos. El zaguero puso el empate tras una jugada a balón parado que ejecutó con un certero cabezazo pero falló el gol más cantado de la jornada minutos después...

Fue con uno a uno en el luminoso cuando el internacional galo tuvo el partido para los culés. Otro balón colgado dentro del área vasca daba con Jeremy solo dentro del área chica. Allí el defensor se zafó de su par, se revolvió y consiguió controlar solo ante el guardameta. Sin embargo, y con toda la portería por delante, prefirió conectar un zambombazo... A las nubes.

Muchas personas pensaron que el colegiado del encuentro había señalado falta a fabor de los vitorianos, es decir, que Mathieu había chutado cuando la acción ya estaba invalidada. Nada más lejos de la realidad, pues al instante el árbitro señaló saque de puerta para los visitantes.

Sin embargo, y a pesar de esto, la afición no la pagó con él y decidió aplaudirle. Viendo que había sido el hombre que había empatado el partido y tras comprobar que los suyos iban de menos a más, la hinchada pensó que poco faltaba para el gol de la victoria. Equivocados estaban pues después aparecería Ibai Gómez para anotar el segundo de los recién ascendidos...