La involución que ha sufrido Samuel Umtiti en el FC Barcelona es digna de estudio. El central francés ha pasado en menos de un año de ser uno de los mejores del mundo a ser poco más que un secundario de lujo. Y ese rol solo lo puede ocupar cuando no está lesionado, algo que a lo largo de este año y poco no ha sucedido en demasiadas ocasiones.

El vuelco que ha pegado la carrera del ex del Olympique de Lyon ha sido culpa de las lesiones que viene sufriendo desde comienzos de la pasada campaña. Ya se pueden considerar problemas físicos crónicos, ya que desde entonces no ha logrado recuperarse del todo en ningún momento. Siempre que parece que ya está listo y preparado para recuperar su mejor versión, otra lesión le aparta de los terrenos de juego.

Su rodilla izquierda es su talón de Aquiles y es lo que le impide ser el zaguero seguro, rápido e imponente que fue durante dos años en el Barça. Con 17 años le operaron en esa zona y se le extrajo el menisco. Todo fue con normalidad y siguió su carrera como si nada hubiera pasado, pero en 2018 todo le explotó en la cara.

Tras una buena temporada con el Barcelona, el central fue al Mundial con Francia para hacer pareja con Rapha Varane. Con el conjunto barcelonista, el ex canterano del Lyon había terminado renqueante el curso por molestias en esa rodilla izquierda. Para estar con su país, él decidió no operarse y hacer un tratamiento conservador. Con la selección gala terminó completando un Mundial impecable y fue de los mejores defensas del torneo.

Todo cambió después del Mundial de Rusia

Todo parecía volver a ir bien y no había nada preocupante en el rendimiento del francés sobre el campo, pero comenzó el curso con su equipo y todo cambió. A finales de septiembre de 2018 fue cuando la carrera de Umtiti empezó a ir cuesta abajo y sin frenos. El futbolista se pasó buena parte de la temporada pasada lesionado y, cuando volvió, no demostró estar al 100%

Clément Lenglet le ha comido terreno y le ha quitado el sitio de manera, parece, definitiva. Umtiti se recuperó en febrero de este año, pero apenas jugó siete partidos de Liga la campaña pasada. Además, solo dos de ellos fueron de forma consecutiva y solo los disputó porque LaLiga ya estaba ganada.

Este curso debía ser el de su redención y se apuntaba que podría disputarle de nuevo el puesto a Lenglet, pero las lesiones están volviendo a hacer mella en él. Ya se ha perdido ocho partidos por lesión y solo ha jugado uno, el de Eibar. Es evidente que, a su nivel, es uno de los mejores del mundo, pero el galo ha entrado en una espiral negativa de la que parece muy difícil que salga. Si no cambian mucho las cosas, será uno de los firmes candidatos a abandonar el Barça en junio de 2020.