"Estaría más preocupado si no creáramos oportunidades, pero cara al gol hay que tener más rendimiento. Es un tema del conjunto y trabajamos para mejorar. No puede ser, fallamos demasiado". Estas fueron las palabras de Ronald Koeman después del Alavés-FC Barcelona del fin de semana pasado. Los culés llegaron mucho a la portería rival, pero fallaron demasiado y al final acabaron dejándose dos puntos en Mendizorroza (1-1).

Tras esa mala experiencia, los azulgrana debían ganar y mejorar de cara a puerta contra el Dynamo de Kiev, pero solo consiguieron lo primero. El conjunto barcelonista ni mucho menos estuvo acertado de cara a gol y volvió a faltar mucha puntería. Finalmente, el gol de penalti de Leo Messi y el tanto de Gerard Piqué tumbaron a los ucranianos, pero al Barça se le debe pedir muchísimo más que un 2-1, teniendo en cuenta todas las oportunidades de las que dispuso.

En total, los datos contabilizaron 17 llegadas claras de gol contra los de Lucescu. Hubo ocasiones de todo tipo y para varios azulgrana, pero solo Piqué pudo anotar. Messi, por ejemplo, la tuvo de falta, pero se encontró contra un inspiradísimo Neshcheret, que amargó la noche a todos los culés que intentaron batirle. El ucraniano salvó a su equipo en muchos momentos e hizo paradas de mérito para evitar que los culés marcaran más dianas.

Pero no solo el partidazo del jovencísimo arquero de los de Kiev propició otro mal encuentro del Barcelona en cuanto a la definición. Antoine Griezmann, por ejemplo, tuvo una casi sin portero en el primer tiempo para poner el 2-0, pero su tiro se fue inexplicablemente fuera después de una parada de Neshcheret. También la tuvo Pedri minutos antes, pero el canario no acertó en el remate final y la mandó al larguero.

Ansu Fati también se sumó a la fiesta de los casi goles y tuvo un par de oportunidades que no consiguió marcar. Messi, que lo intentó de todas las maneras posibles, también estuvo poco acertado y disparó fuera en varias ocasiones desde posiciones relativamente cómodas para un futbolista de su nivel. En resumen, no fue el día de los barcelonistas, que volvieron a pecar de una falta de puntería alarmante.

Dembélé y Trincao también lo intentaron

En el segundo tiempo, Ousmane Dembélé y Francisco Trincao intentaron solventar los problemas del Barça con el gol. El francés vio como Neshcheret volaba para evitar un golazo suyo desde fuera del área, mientras que el luso no estuvo acertado en los dos remates que hizo. Al final, ninguno superó al ucraniano y el partido, que debía servir para superar estos problemas de cara a puerta, no hizo otra cosa que acrecentarlos.