Amenazas, incertidumbre y desinformación se alargaron varios meses, pero el FC Barcelona-Real Madrid se disputó con relativa normalidad. La crisis social y política que lleva tiempo afectando a Catalunya no influyó en uno de los mayores eventos deportivos del mundo, en el que la seguridad estaba garantizada por un dispositivo policial que se encargó de minimizar las consecuencias de manifestaciones y protestas.

A pesar de la buena organización y de las dudas que existían tras los comunicados del grupo 'Tsunami Democràtic', sólo una de las actuaciones programadas interfirió con el desarrollo del partido, en el que el fútbol fue protagonista por encima de cualquier otra cuestión. En el primer tramo de la segunda mitad, el lanzamiento de balones al campo obligó a detener el cronómetro y recoger antes de volver a jugar sin interrupciones.

El colegiado del encuentro, Hernández Hernández, hizo constar en el acta este episodio, pero no le otorgó demasiada importancia. "Lanzar objetos: En el minuto 55, el encuentro estuvo detenido durante un minuto y treinta segundos debido al lanzamiento, por parte del público, de balones al terreno de juego", fue su escrito, en el que reflejó lo sucedido sin mayor complicación. Por fortuna, en el estadio no hubo altercados mayores.

Según el diario 'Sport', los culés se enfrentarán a una sanción por este incidente, aunque todo apunta a que será de carácter leve. El citado medio especifica que, más allá del parón momentáneo, no se dan ninguno de los condicionantes que indica el artículo 15 del reglamento, y que atendiendo al 110 (alteración del orden de carácter leve) o al 125 (deberes propios en la organización del encuentro), no debería esperarse un castigo ejemplar.

Hace apenas unas semanas, en el Atlético de Madrid-Barça de LaLiga, ya se produjo un precedente muy similar, que el Comité de Competición penalizó con una multa de 301 euros. Este fue el toque de atención a los rojiblancos por la reacción airada de sus seguidores, que lanzaron objetos al césped, entre ellos, un paraguas, tras el gol de Leo Messi. Con estas cuestiones sobre la mesa, los azulgrana mantienen la calma.

Los altercados se concentraron en los aledaños del Camp Nou

Algo más de tensión hubo en los aledaños del Camp Nou, donde hubo enfrentamientos entre diferentes grupos que obligaron a intervenir a los Mossos d'Esquadra. Las barricadas, las discusiones entre ultras e independentistas y varios incidentes en la calle desencadenaron varios avisos por la megafonía del Estadi, para asegurar que los aficionados podían regresar a sus casas sin mayores preocupaciones.