El Clásico del pasado miércoles entre el FC Barcelona y el Real Madrid dejó una imagen curiosa en la segunda parte cuando el césped del Camp Nou​ se llenó de balones de plástico. El público que asistió al partido decidió lanzarlos como protesta y el encuentro se tuvo que parar durante un minuto y medio para que los operarios de seguridad los retiraran.

No pasó nada más y el choque se pudo seguir disputando sin problema alguno, pero para el Comité de Competición ese parón ha bastado una sanción. El organismo regulador de la Federación Española de Fútbol se reunió y ha decidido imponerle al Barça una multa de 1.500 euros. Además, también ha apercibido de cierre el Camp Nou por alteración del orden del partido en carácter grave.

Esta sanción y el apercibimiento de cierre del estadio blaugrana se debe al artículo 101.2 del Código disciplinario de la RFEF, que dice lo siguiente: "Se considerará infracción de carácter grave y será sancionado con multa en cuantía de hasta 3.000 euros y apercibimiento de clausura, el lanzamiento de varios balones, o de cualquier otro elemento al terreno de juego procedentes de la grada, con independencia de si el juego está o no detenido".

Alejandro Hernández Hernández, el colegiado del polémico Clásico, puso en su acta que el choque se paró durante un minuto y medio por este motivo. "En el minuto 55, el encuentro estuvo detenido durante un minuto y treinta segundos debido al lanzamiento, por parte del público, de balones al terreno de juego de color amarillo", escribió el canario. El Comité atendió a este acta a la hora de decidir la sanción.

El Barça deberá tener cuidado en el Camp Nou

La sanción económica no es importante y el Barcelona no tendrá ningún problema en ese sentido, aunque tener el Camp Nou apercibido de cierre es algo que preocupa más. Los culés deberán andarse con mucho ojo a partir de ahora, ya que Competición mirará con mucho cuidado lo que suceda en el estadio a partir de este momento.

Hay que recordar que el choque debía jugarse el 26 de octubre, pero la RFEF y LaLiga decidieron aplazarlo en contra de la opinión de Real Madrid y Barça, que preferían jugarlo. En ese momento, se temió que el clima que había en la ciudad por la sentencia del Supremo contra los líderes del Procés afectara al Clásico. Finalmente, se decidió que se disputara este pasado 18 de diciembre, en el que lo más grave que ocurrió fueron los altercados en los aledaños al Camp Nou entre los Mossos y los manifestantes.