Después de varias jornadas asumiendo el liderato, el Real Madrid se lo ha cedido al FC Barcelona con su primer tropiezo en LaLiga. Los azulgrana vencieron a la Real Sociedad horas antes y los blancos no pudieron con un Athetic Club inspirado y atrevido, que supo hacerse valer en un enfrentamiento con mucho ritmo en el que hubo ocasiones para ambos bandos.

El guion del encuentro sorprendió a los visitantes, porque además de multiplicarse en esfuerzos defensivos, los 'leones' fueron descarados con el balón. Eran los hombres de Julen Lopetegui los que dominaban, pero los de Eduardo Berizzo le ponían pausa a la posesión y buscaban la velocidad a la hora de mirar al ataque.

En el ida y vuelta que fue el partido en los primeros minutos, no estuvieron incómodos los rojiblancos, que encontraron huecos para responder a los intentos de Karim Benzema o Marco Asensio, que obligó a lucirse a Unai Simón con una parada a mano cambiada. La réplica no tardó en llegar, y supuso el primer tanto para los locales.

Una internada de Óscar de Marcos significó un balón al corazón del área pequeña, donde entre la multitud de piernas remató Iñaki Williams. Su disparo topó con las piernas de Iker Muniain, que recogió su propio rebote y remachó prácticamente en la línea para estrenar el marcador. 1-0 y premio merecido para el conjunto vasco, que tenía mucho tiempo por delante para resistir.

Poco después, rozó el empate Luka Modric, pero su disparo envenenado tras tocar en un zaguero, lo paró con solvencia Unai Simón, una de las referencia más claras de los suyos. Cuando no llegaban los pies de sus compañeros, allí estaban sus brazos, para blocar, despejar y parar todo lo que se acercaba a portería.

Isco salva un empate justo para el Real Madrid

En el segundo tiempo, el escenario no se movió demasiado, si bien es cierto que los 'merengues' fueron embotellando a un rival que se resistía a dejar de visitar el área de Thibaut Courtois. Volvió a intervenir con acierto Simón para frenar a Sergio Ramos tras una falta de Gareth Bale que no blocó con seguridad, y el galés se convirtió en protagonista en la diana que valía la igualada.

Tras encontrar un hueco en la atenta retaguardia bilbaína, el de Cardiff puso un centro con la diestra para que Isco, en boca de gol, sólo tuviera que poner la cabeza. 1-1 y todo hacía presagiar un acoso a la meta local, aunque las ocasiones se repartieron y ninguno logró imponerse. Los dos pudieron ganar y también pudieron perder, y al final se repartieron unos puntos que, aunque saben a poco, son justos para todos.