No se lo puso nada fácil el Espanyol, como era de esperar, este sábado al FC Barcelona en el Camp Nou. El técnico de los 'pericos', Rubi, colocó sobre el césped una alineación titular con hasta cinco defensores, a pesar de que en los contragolpes los dos carrileros avanzaban su posición para intentar convertirse en 'puñales' por las bandas.

El caso es que el Espanyol consiguió su objetivo durante la primera mitad: hacer que no pasara nada. El FC Barcelona apenas logró inquietar a Diego López en la portería blanquiazul, apenas con un remate de Luis Suárez y con un disparo lejano de Ivan Rakitic que salió desviado por muy poco, rozando el palo derecho. A excepción de esas dos jugadas, el peligro del Barça fue mínimo.

Leo Messi estuvo constantemente vigilado por los defensores, y cada vez que recibió el balón se encontró con la oposición de dos -y a veces hasta tres- jugadores rivales. Sorteó a contrarios, regateó y soltó el balón a tiempo para generar espacios, pero los efectivos 'pericos' parecían multiplicarse a medida que el Barça se acercaba a los aledaños del área.

Intentó estirarse el FC Barcelona por las bandas, pero Semedo y Jordi Alba se encontraron también con la oposición de Adriá Pedrosa y Rosales, muy activos en sus respectivas bandas. El ímpetu del Espanyol a la hora de defenderse, por otra parte, provocó que no dispusiera de ningún tiro a puerta en toda la primera mitad, convirtiendo a Ter Stegen en un mero espectador.

La referencia espanyolista en la punta de ataque, Borja Iglesias, fue un islote a la espera de centros que no llegaban por parte de sus compañeros, a pesar de que Óscar Melendo intentó encontrarle -a veces con éxito- en los aledaños del área culé. El Barça apenas tuvo problemas para defenderse debido a los pocos efectivos con los que atacaba el Espanyol.

Tranquilidad y pocos sobresaltos en el Camp Nou

Sí subieron los centrales 'pericos' a rematar jugadas a balón parado, pero Lenglet y Piqué se mantuvieron insuperables en el juego aéreo. Al final, con el FC Barcelona encontrando pocos espacios y el Espanyol sin arriesgar, la mayor parte del primer tiempo se jugó en el centro del campo y en la zona de tres cuartos próxima a las áreas, pero sin que los jugadores terminasen de penetrar demasiado en ellas. Tranquilidad en un Camp Nou con el público algo adormilado por los rayos de sol y la ausencia de sobresaltos sobre el césped.