Este miércoles fue un día de "bombazos" en LaLiga Santander, no sólo por la renuncia de Luis Enrique a continuar en el banquillo del FC Barcelona tras la goleada endosada al Sporting de Gijón, sino también por el inesperado empate de un Real Madrid que hizo el ridículo encajando tres goles contra la UD Las Palmas en la primera hora de juego, aunque luego intentara tirar de épica.

Como sucediera en El Madrigal, y después de una expulsión de Gareth Bale por agresión a un jugador de la UD Las Palmas, el Real Madrid se vio obligado a intentar una agónica remontada esta vez en el Santiago Bernabéu. Pero no todos los días son domingo, y nunca mejor dicho.

Este miércoles ni la pólvora blanca ni los árbitros impidieron que el Real Madrid se fuera a dormir perdiendo el liderato de LaLiga Santander 2016-17, que pasa ahora a las manos de un FC Barcelona que se encuentra un punto por delante en la clasificación, a pesar de que los merengues todavía tienen por disputar un encuentro menos ante el Celta de Vigo en Balaídos, sin fecha aún.

El FC Barcelona quiere cerrar otra gran temporada

La cuestión es que la UD Las Palmas fue superior en cuanto a juego y, pese al penalti dudoso que señalaron en los últimos minutos a favor de los merengues, a los locales sólo les llegó para empatar el marcador a tres, un resultado insuficiente para sus expectativas antes del encuentro.

Ahora el Barça es líder de LaLiga, señoras y señores, y tiene serias posibilidades de cuajar una nueva temporada plagada de éxitos si comparamos las dinámicas de los culés en comparación a los blancos. Los de Luis Enrique están además en la final de Copa del Rey, mientras que los merengues deberán verla por televisión. El único lunar pendiente es la "remontada" frente al PSG en Champions League, pero está claro que los jugadores del Barcelona afrontarán dicho reto con el mayor optimismo posible.