En las últimas jornadas de LaLiga, el FC Barcelona ha avanzado acompañado por la polémica, que le asaltó de nuevo en su enfrentamiento contra el Girona. Los visitantes se adelantaron en el marcador gracias a una diana de Nélson Semedo, pero poco después los de casa respondieron y reclamaron una pena máxima que los colegiados no llegaron a apreciar, y más tarde sucedió lo mismo con otra que no cayó a favor de los culés.

La primera jugada que ha provocado debate es un agarrón de Jordi Alba a Cristhian Stuani en el área culé, en el minuto 13 del encuentro y apenas cuatro después del gol del portugués. Un centro desde el perfil izquierdo se paseó por encima de la zaga azulgrana, pero en su viaje hacia el segundo palo hubo un tropiezo sospechoso.

El catalán sujetó de la camiseta al uruguayo, pero ni González fuertes ni sus asistentes entendieron que hubiera nada punible. El ligero contacto entre ambos provocó que el delantero cayera con excesiva teatralidad, en un movimiento demasiado forzado que, pese a las discusiones entre los aficionados, no parece suficiente como para señalar los once metros.

Los árbitros no consideraron penalti un despeje de Pere Pons en el área

Tras negar una gran oportunidad para el empate del Girona, el VAR tampoco permitió al Barça ampliar su ventaja, porque otra acción llena de dudas se resolvió por la vía rápida tras la revisión en la sala de vídeo. Esta vez, el protagonismo pasó a la portería defendida por Yassine Bounou, que por suerte no tuvo que enfrentarse a los lanzadores azulgrana.

Una falta en la frontal la remató Leo Messi con potencia, y en su camino hacia la red topó con el hombro de Pere Pons. En el minuto 32 de juego hubo de nuevo revuelo porque los futbolistas protestaban hacia sus respectivos bandos, pero tras una interrupción por un derribo de Clément Lenglet, los colegiados volvieron a poner paz.

Al árbitro principal se le informó de que efectivamente, el gerundense rechazó el cuero con una zona de su cuerpo completamente legal, y que estaba habilitado para hacerlo sin necesidad de cometer penalti. Se mantuvo pues, el 0-1 en el electrónico, un resultado con el que se llegó al descanso en el estadio de Montilivi.