Antes de que se cerrara el mercado de invierno, el Getafe hizo oficial el fichaje de Mathieu Flamini, quien a sus 33 años ha aterrizado en LaLiga Santander llevando a sus espaldas una destacada carrera internacional. Debutó en el Olympique de Marsella y de allí pasó al Arsenal, donde formó dupla en el centro del campo con Cesc Fábregas.
Fichó por el AC Milan cuatro temporadas después y allí permaneció cinco cursos, regresando al Arsenal otros tres años. Después de dejar el Crystal Palace y quedarse sin equipo, finalmente el Getafe le ha acogido durante este mercado invernal para reforzar a la plantilla.
Lo más sorprendente de todo, sin embargo, no radica en la carrera que ha tenido Flamini en el mundo del fútbol, sino en su faceta como empresario, que le ha convertido con toda probabilidad en el futbolista más rico del planeta y seguramente de la historia.
Fuera de los terrenos de juego, el jugador francés ha tenido todavía más éxito que en el deporte. En 2008 fundó una empresa de biotecnología, GFBiochemichals, que produce ácido levulínico, un químico capaz de relevar al petróleo y valorado como una de las 12 moléculas básicas para potenciar un mundo más sostenible y ecológico en el futuro. "La carrera de un futbolista está llena de altibajos. Esto me ayudó a aclarar mi mente y a pensar en algo diferente, y fue un reto intelectual", reveló Flamini en 2015, en una entrevista concedida a 'The Sun'.
Flamini, un triunfador fuera del fútbol
El diario 'AS' asegura que hoy en día su empresa está valorada en 30.000 millones de euros. La consultora 'KPMG' valoró al Manchester United como el club más valioso de Europa con un valor de 3.100 millones, seguido por el Real Madrid (2.976), el FC Barcelona (2.765) y el Bayern (2.445).
Pues bien, Flamini podría comprar todos estos clubes juntos con el valor de su empresa, algo que resulta cuanto menos sorprendente. El hecho de que haya fichado por el Getafe y a sus 33 años quiera seguir jugando en la élite demuestra, sin duda, que para él el dinero no es lo más importante.