No empezó bien el partido de este sábado para el FC Barcelona. La Real Sociedad se puso por delante en el marcador gracias a un gol que Mikel Oyarzabal transformó desde el punto de penalti, engañando a Ter Stegen en el lanzamiento. El colegiado del encuentro, Alberola Rojas, había señalado la pena máxima por un agarrón de Sergio Busquets a Diego Llorente en el área, justo enfrente de él.

Lo cierto es que el agarrón fue mutuo, dado que el central de la Real Sociedad cometió la misma infración que el de Badía en la pugna por rematar un balón aéreo. El árbitro determinó el riguroso penalti en contra del Barça y, así, hizo justicia en el marcador después de los muchos acercamientos locales en los primeros minutos de partido. Mal comienzo para el FC Barcelona, por debajo en el electrónico antes del primer cuarto de hora del choque.

No hay manera, por cierto, de que el FC Barcelona consiga enlazar varios partidos manteniendo la portería a cero. Por unas cuestiones o por otras, tanto Ter Stegen como Neto, en el partido ante el Inter de Milán, reciben dianas con demasiada facilidad.

Pero volviendo a la acción polémica, la realidad es que generó todavía más controversia que, en los minutos finales del partido, el árbitro no señalara un claro agarrón de Diego Llorente sobre Gerard Piqué en el área de la Real Sociedad. Fue una jugada idéntica a la de Busquets y Llorente, pero en este caso Alberola Rojas no pitó la pena máxima.

Un doble rasero que perjudica al FC Barcelona

Y no la pitó porque no la pudo ver, dado que el cuerpo de ambos jugadores le tapaba la acción. Era ahí donde tenía que entrar el VAR para advertir al colegiado de que la jugada era susceptible de revisión. Sin embargo, desde la sala del VAR Gil Manzano consideró que no había nada en el agarrón de Llorente a Piqué, la jugada se descartó y el juego continuó.

Empate injusto al final, por tanto, para un FC Barcelona que sufrió una clara incoherencia arbitral. Si el penalti de Busquets a Llorente lo era, también debía señalarse el de Llorente sobre Gerard Piqué. No fue así, y el doble rasero perjudicó a los culés. Habrá que seguir remando...