La polémica se apoderó del partido entre el Celta de Vigo y el Real Madrid. Una vez más, las decisiones arbitrales en jugadas polémicas beneficiaron al conjunto hoy dirigido por Davide Ancelotti, en esta oportunidad hasta en cuatro ocasiones. La primera, un penal  transformado por Karim Benzema para abrir el marcador. La segunda, un tanto del brasileño Thiago Galhardo anulado por fuera de juego. En la segunda parte, dos penaltis más en favor de los 'merengues'.

En el minuto 18, González Fuertes señaló como falta un presunto contacto de Nolito sobre Militao. A simple vista no se apreció el contacto, pero el colegiado no dudó en sancionar la pena máxima, ratificada por el VAR. Benzema acertó en el cobro para poner el 0-1 transitorio. 20 minutos más tarde, el juez principal revisó un tanto anotado por Galhardo por pedido del VAR. Finalmente, la repetición justificó la decisión por el fuera de juego de Iago Aspas, quien participó en la jugada de forma pasiva.

Ya en la segunda parte, el partido tomó el gafe de escándalo. En el 64', Rodrygo encaró a Murillo y, tras hacer una bicicleta, se dejó caer en el área, engañando a González Fuertes. Karim volvió a ejecutar la pena máxima, pero el argentino Matís Dituro acertó el lugar y detuvo el cobro. Cuatro minutos más tarde, el árbitro concedió otro penal a los blancos, esta vez por un supuesto derribo de Kevin sobre Ferland Mendy. La repetición no evidenció el contacto, pero el VAR mantuvo la decisión y Benzema no falló para completar su doblete. Ya lo advertía el Celta hace una semana, recordando un 'piscinazo' de Cristiano Ronaldo en 2014.

El Celta luchó hasta el final

Más allá de los tres penaltis sufridos, el conjunto dirigido por Eduardo Coudet buscó el partido hasta el final, sin éxito. Al comienzo del segundo tiempo, los locales igualaron con un tanto de Nolito en el minuto 52, aprovechando una asistencia de Javi Galán para batir en el mano a mano a Courtois. Sobre el final, ya con el 1-2 en el marcador, Denis Suárez reclamó una falta en el área, pero esta vez el árbitro no compró el 'piscinazo' del ex centrocampista del FC Barcelona.

En la última accidón del partido, Murillo también reclamó falta cuando intentó cabecear un centro en el área chica, pero nada. González Fuertes pitó el final y los tres puntos quedan en manos de un Madrid al que, a falta de ideas, le llovieron 'favores' en Balaídos. Con el triunfo, los 'merengues' siguen sólidos en la punta con 59 puntos, 12 más que el Sevilla, que el domingo visita al Barça.