La alineación del FC Barcelona para recibir al RCD Mallorca ha sido, como poco, sorpresiva. En la previa de la disputa de la vuelta de los octavos de final de la Champions League, Xavi Hernández hizo varios retoques en su XI, aunque no son muchas las opciones que tenía por 'culpa' de las numerosas bajas. Dejó en el banquillo a un Robert Lewandowski que solo había sido suplente en dos partidos en lo que va de LaLiga, contra el Real Madrid (29') y RCD Mallorca (32') en la primera vuelta. 

El egarense había por un tridente ofensivo con Lamine Yamal y Joao Félix por las bandas, junto a Marc Guiu como delantero centro. El jugador de La Masia firma su primera titularidad en el campeonato doméstica y segunda en el Barça (61' contra Unionistas, en la Copa del Rey) para intentar dinamizar el ataque azulgrana y aprovechar los espacios dentro del área pequeña. Se 'corona' como el suplente de Robert Lewandowski. 

Los motivos del entrenador para apostar por Guiu eran bastantes lógicos, porque es un delantero más corpulento y capacidad de tener mucha más presencia en el área pequeña. Ante un Mallorca que no deja espacios y que se mantiene en bloque bajo con hasta cinco defensores respaldando a Predrag Rajković, la opción de Marc parecía más lógica. El jugador no estuvo tan 'brillante' como se esperaba, aunque sí que supo aguantar de espalda la presión de los centrales. Intentó participar en el ataque culé con disparos, pero sin ápice de peligro. 

Vitor Roque, fijo en el banquillo

Lo cierto es que la titularidad de Guiu dejó a Vitor Roque en el banquillo de Montjuïc una vez más. El ex del Paranaense sigue en su proceso de adaptación y no es 'indiscutible' para Xavi Hernández. Antes de la visita del Mallorca, había aparecido únicamente en nueve partidos (7 de LaLiga y 2 en Copa del Rey), con únicamente 198 minutos de acción y una única titularidad. Apareció en la segunda mitad, a los 62 minutos, cuando Óscar Hernández sacó toda la pólvora que le quedaba en el banquillo. 

El brasileño ha estado muy conectado y participativo, tanto en labore de recuperación como a la hora de sumarse al ataque, aunque sin incidencia evidente. Estuvo atento para aprovechar los espacios que dejó el Mallorca y tuvo una oportunidad de oro con un remate de cabeza, tras ganarle la partida a su defensor, pero mandó el balón muy por arriba.