El FC Barcelona, a pesar de la fiesta que supone ganar un compromiso marcando un total de siete anotaciones —como sucedió ante el FC Seoul (3-7), siendo una auténtica aplanadora a nivel ofensivo—, tiene claro que incluso en la victoria se pueden identificar puntos a corregir, en aras de llevar su juego al siguiente nivel. Uno de ellos, tal y como se evidenció en el Estadio Mundialista de Seúl, es el apartado defensivo.

Tres goles encajados: un llamado de atención para la zaga del Barça

Y es que sí, el equipo azulgrana encajó un total de tres anotaciones, teniendo, como ya pasó en el encuentro contra el Vissel Kobe —con un error de Pau Cubarsí en salida—, desconexiones puntuales que los rivales saben capitalizar en gran forma.

Por ejemplo, en la primera anotación del FC Seoul —que, por cierto, de haber tenido la posibilidad de revisarse en el VAR, debió ser anulada por fuera de juego—, el delantero Cho Young-wook recibió el balón en el corazón del área sin ningún tipo de oposición. Se desprendió con suma facilidad de su marcador más cercano, Ronald Araujo, que apenas logró incomodarlo.

El charrúa no recibió apoyo alguno por parte de los otros dos culés presentes en el área, que, sin marca asignada, no supieron cerrarle el paso. Un claro error de posicionamiento. Pese a la superioridad numérica del Barcelona, no pudieron cerrar al delantero surcoreano.

Falta de contundencia y orden en la presión tras pérdida

Una desatención similar se vivió en el segundo gol de FC Seoul: pérdida de balón en la zona medular y poca contundencia para pelear la segunda jugada derivada de ese error. ¿Cómo termina la acción? Con Anderson Oliveira filtrando el esférico a Yazan Al-Arab, que se desprende en velocidad y, ante la marca de tres azulgranas, se interna en el área para sacar un zurdazo cruzado.

Nuevamente, en una jugada en la que el Barcelona tenía superioridad numérica, no logró frenar a un rival más contundente.

Poco menos de culpa hay en la tercera anotación, donde el mérito de los surcoreanos parece total: encontraron el espacio para filtrar un pase a la espalda de la línea defensiva culé. Luego, Jung Han-min se adentra en el área en velocidad y saca un remate de borde interno con pierna derecha, sumamente escorado al palo derecho de la portería. Nada pudo hacer Szczęsny, que, pese a su buen posicionamiento, no logró repeler el disparo del jugador surcoreano.

Hansi Flick tomará nota: mejorar la solidez defensiva es urgente

Así, el Barcelona, ante un rival que en teoría tiene menor relevancia por contexto, terminó encajando tres anotaciones debido a desatenciones puntuales. Errores que, si bien quedaron opacados por el implacable accionar ofensivo de los blaugranas, seguramente serán analizados por Hansi Flick con lupa. Es clave corregirlos antes de la competición oficial, donde no se puede permitir el lujo de mostrar debilidad ni conceder esos espacios.

Es cierto que parte de estos errores pueden atribuirse al ritmo medio propio de la pretemporada, pero eso no exime al equipo de atender esta materia pendiente. Un punto que podría marcar la diferencia en compromisos de máxima exigencia.