La tensión estalló en el Santiago Bernabéu. Lo que debía ser un cambio más se convirtió en una de las escenas más polémicas de la temporada blanca. Vinicius Jr fue sustituido en el minuto 83 del partido entre el Real Madrid y el Sevilla y recibió una pitada ensordecedora de su propia afición, una reprobación pública que marca un antes y un después en la relación entre el jugador y la grada.
El brasileño abandonó el terreno de juego sin gestos, sin protestas y con semblante serio. El estadio, sin embargo, habló con claridad. La pitada fue masiva y prolongada, interpretado como una reprimenda directa a su actitud y a su rendimiento en un contexto de creciente nerviosismo en el entorno madridista.
El Bernabéu señala a Vinicius en un cambio cargado de simbolismo
La decisión de Xabi Alonso de retirar a Vinicius no pasó desapercibida. El extremo caminó hacia el banquillo mientras el Santiago Bernabéu expresaba su descontento de forma inequívoca. Al llegar a la banda, el futbolista se abrazó con su entrenador, aunque sin apenas cruzar miradas, en una imagen fría y significativa.
Desde el cuerpo técnico se interpretó que la pitada no iba dirigida al banquillo, sino al jugador. La grada, en un momento delicado para el equipo, dejó claro que exige más compromiso y regularidad. En el madridismo, la sensación es que la paciencia empieza a agotarse incluso con sus grandes estrellas.
La respuesta de Vinicius en redes: Brasil, el brazalete y un mensaje enigmático
La reacción de Vinicius no se hizo esperar. Nada más llegar al vestuario, el delantero cambió su foto de perfil en redes sociales: retiró la imagen con la camiseta del Real Madrid y la sustituyó por una con la selección de Brasil.
El gesto vino acompañado de una publicación con un escueto y misterioso mensaje: “...”. Tres puntos suspensivos que han disparado las interpretaciones entre aficionados y analistas, vistos por muchos como una muestra de enfado, distanciamiento o incomprensión tras el castigo público recibido desde la grada del Bernabéu.
Un ambiente cada vez más caldeado en el vestuario blanco
El episodio refleja un clima de tensión creciente en el Real Madrid. La pitada a Vinicius, hasta hace poco intocable, evidencia que el Bernabéu no concede privilegios cuando percibe desconexión entre el jugador y el equipo. La afición, una vez más, dejó claro que es quien marca el termómetro emocional del club.
El gesto del brasileño añade un nuevo foco de atención a una temporada ya cargada de presión. El divorcio con la grada, aunque sea puntual, abre interrogantes sobre la gestión del vestuario y el futuro inmediato de uno de los futbolistas más determinantes del proyecto blanco.