El Real Madrid volvía este martes dispuesto a olvidar las penas ligueras apuntándose el liderato de su grupo en Champions, pero el Tottenham supo responder al favoritismo blanco y rozó la victoria en el Santiago Bernabéu. Quien logró cerrar un empate importante fue Cristiano Ronaldo, que volvió a tener problemas con el gol... Y con los rivales.

Como le está pasando en las últimas semanas, al portugués se le vio desdibujado. Estuvo fallón en sus oportunidades, y cuando las acertó, se encontró con la gran respuesta de Hugo Lloris. Sólo tras un penalti dudoso a Toni Kroos pudo ahogar sus penas desde los once metros, asistiendo como siempre a su cita europea con las redes.

Pero a la que también acudió fue a la de la polémica, y es que una acción en la que intentaba zafarse del marcaje de Jan Vertonguen, acabó golpeando al central belga en la cabeza, con un brusco gesto con el brazo que recordó a varias de sus agresiones en los últimos tiempos. Szymon Marciniak, colegiado del encuentro, vio en primera fila el incidente, pero resolvió, como habitualmente, con una tarjeta amarilla para el portugués.

Varias polémicas

En el enfrentamiento del Santiago Bernabéu hubo varias acciones controvertidas, y aunque el Real Madrid protestó amargamente, quien se vio afectado fue el Tottenham. En el primer gol de los londinenses, Harry Kane se encontraba adelantado por unos centímetros antes de que Varane golpeara el balón hacia su propia portería, aunque los ingleses también reclamaron dos acciones en el área.

En la primera de ellas, el árbitro obvió una falta de Casemiro a Llorente en la zona de castigo, cuando el brasileño se lanzó a por el esférico y, tras tocarlo, arrolló al delantero. Algunos minutos después, Marciniak sí señaló pena máxima cuando Aurier derribó a un Toni Kroos que encaraba trastabillado a Lloris.