Acabó la temporada pasada como campeón de LaLiga y la Champions, y tras empezar la presente coronándose en las dos Supercopas, el Real Madrid se veía en disposición de hacer algo grande. Los blancos pagaron su exceso de confianza muy pronto y tendrán que remar para remendar su mal inicio, en el que además se han sentido perjudicados por los árbitros.

Suena difícil de creer, pero desde el cruce copero que acabó con expulsión de Cristiano Ronaldo y empujón al colegiado, el conjunto merengue ha desempeñado el papel de víctima. El portugués decidió tomarse la justicia por su mano después de ver dos amarillas que podía haber evitado, y su sanción de cinco partidos se acogió en el Bernabéu como desmesurada.

Florentino Pérez ha llevado su malestar a la RFEF, y varios jugadores se mostraron contrariados. También el sosegado Zinedine Zidane se permitió el lujo de dejar caer que "cuando ves que le caen cinco partido piensas que ahí pasa algo", y después hizo oídos sordos ante una posible denuncia del comité de árbitros que acabó por no llegar. No fue esta la única ocasión, ya que el vigente campeón liguero aprovecha la más mínima para alzar la voz y pedir una justicia conveniente.

Resultado

Pero mientras tanto, Casemiro navega con total impunidad y las acciones dudosas empiezan a caer de su lado. Entre otros, le ocurrió al Tottenham y al Eibar hace unos días, o hace unas horas al Fuenlabrada. Probablemente el Real Madrid hubiera alcanzado la victoria en algunos compromisos, pero se esfuerza en obviar todas las jugadas que a toda vista aparecen como polémicas. Cuando conviene sólo se mira a un lado, y ese suele ser el del provecho personal.