Después de una terrible temporada y tras los bandazos en la dirección, el Real Madrid se lo jugará todo a la última carta que levante el crupier, en este caso, a la Champions League. Como ese hombre desesperado porque está a punto de perderlo todo en el casino, los madridistas buscan seguir tentando a la suerte en el máximo torneo continental y salvar esta más que triste campaña. Y es por ello que hay algo que le aterra, caer a las primeras de cambio.

Algo que podría darse si les toca en suerte un duro rival en la próxima eliminatoria, como podría ser el FC Barcelona. Según publica este martes el diario "ABC", en el seno de la directiva hay auténtico pánico ante esta posibilidad. Sabedores de la superioridad azulgrana y de que ya los han dejado en ridículo en el primer clásico de la temporada, no quiere a los azulgranas ni en pintura.

"Sería el colmo", habría dicho un importante directivo merengue al citado medio. Desde la dirección del Madrid no se sabe cómo reaccionaría la afición a otro desagravio como el 0-4 cometido en la primera vuelta en el Santiago Bernabéu. Una nueva derrota ante el eterno rival sí que sería la puntilla para un Florentino Pérez que hace meses deambula sobre un hilo, cual funambulista circense.

Los blancos apuestan más por un rival asequible que les dé moral para afrontar las semifinales. Un Wolfsburgo, por ejemplo, como la historia de esta competición nos (y les) tiene acostumbrados. Enfrentarse al Barça significaría verse las caras tres veces en poco más de diez días. Cabe recordar que si bien el próximo Clásico de Liga se disputará el dos de abril en el Camp Nou, los cuartos de Liga de Campeones se juegan los días 5-6 y 12-13 del mismo mes.