La temporada que está haciendo Gareth Bale en el Real Madrid es un poema. El delantero galés empezó marcando tres goles en las tres primeras jornadas, pero parece que ahí se le acabó el combustible. Desde entonces, no solamente no ha sido capaz de marcar, sino que su rendimiento ha ido de mal en peor.

No es nada nuevo en el conjunto blanco. La pasada temporada, por estas mismas fechas, ya se especulaba con la marcha del británico a la Premier League, ya que había varios equipos dispuestos a darle cancha. El hecho de que Bale había perdido su puesto como titular junto al de que todavía tenía cartel en el mercado hacía prever una venta inminente.

La final de la Champions League contra el Liverpool parecía que iba a ser otro duro golpe para el delantero británico. Nuevamente, Zinedine Zidane le dejó fuera del equipo titular y tuvo que empezar a verlo desde el banquillo. No obstante, salió y anotó un doblete que le dio el trofeo a los blancos, con un tanto de chilena para la historia.

Fue ahí cuando pareció cambiar el rumbo de todo. El Real Madrid parece ser que se replanteó la venta del galés y apostó por traspasar a Cristiano Ronaldo, que cada vez era más exigente a nivel económico y que parecía que solamente se preocupaba por él, dándole igual los éxitos colectivos del real Madrid.

La dura realidad de Bale y Cristiano

El tiempo parece estar demostrando que el Real Madrid jugó la carta equivocada. Cristiano Ronaldo empieza a estar adaptado a la Juventus de Turín y ya es decisivo con sus goles para el equipo italiano. Por contra, Gareth Bale deambula por los campos de Primera División como si la cosa no fuese con él y empieza a agotar la paciencia.

Con Cristiano Ronaldo fuera del equipo, el Real Madrid le otorgó galones al ex del Tottenham, pero no los ha aprovechado. Lejos de ser ese jugador que debía reivindicarse tras la marcha del luso, se mantiene errático y apático, algo que provocó que el santiago Bernabéu la tomase con él ante el Real Valladolid. Mucho deberá mejorar para convertirse en ese referente que espera el madridismo.