Cristiano Ronaldo se quedó en casa, Casemiro no pudo estar por enfermedad y Zinedine Zidane se la volvió a jugar con los cambios. De poco le sirvió al Real Madrid su flamante racha en la fría noche barcelonesa, en la que Gerard Moreno premió el atrevimiento del RCD Espanyol y congeló las expectativas 'merengues', en un partido con rotaciones en el que, de nuevo, volvieron a ser demasiado fríos.

Y es que lejos del interés que parece tener la Champions, LaLiga se está quedando muy atrás por la apatía que muestran blancos. Acorralaron a los blanquiazules en el primer cuarto de hora, en el que Diego López mantuvo con vida a los suyos, pero poco duró la ilusión visitante, ya que a pesar de no llegar el gol, lo que sí apareció fue la relajación. 

Entre errores en la salida del balón y excesos de confianza en ataque, el que asomó fue Gerard Moreno, que se cruzó toda la noche con un Keylor Navas muy atento. En el primer tiempo también empezó a demostrarse que Sánchez Martínez y sus asistentes no tenían muy buena noche, porque anularon un gol al punta por un fuera de juego inexistente y también dejaron sin señalar unas manos de Víctor Sánchez, aunque en este caso sí existe debate sobre si son, o no, involuntarias.

El Madrid se ahoga al final

Con varios 'offsides' más desapareciendo en el área madridista, la calentura volvió durante algunos minutos, en los que Gerard volvió a probar al costarricense y Óscar Duarte envió un balón al larguero, mientras el Madrid imprimía velocidad para intentar desgarrar a un adversario respondón.  

Pasaban los minutos y el encuentro se ponía peligrosamente blanquiazul, y con Sergio Ramos de delantero centro, el gol en el 93 esta vez no fue para el sevillano. Un centro de Sergio García lo remató picado el de siempre, Gerard Moreno, y entre el césped y la bota de Raphaël Varane hicieron imposible la estirada de Keylor Navas. El último fuego madridista estará en París, porque lo que es en España, los títulos se le han quedado fríos.