Un nuevo problema se divisa en el Real Madrid. Parece ser que, tal y como informó recientemente el diario "Sport", el entrenador del conjunto blanco Zinedine Zidane y el presidente Florentino Pérez tendrían diferentes visiones a la hora de planificar la plantilla del equipo. Por un lado estarían las peticiones de "Zizou" en materia deportiva, buscando reforzar diferentes posiciones, y por el otro los deseos frustrados de Florentino Pérez.
Y aquí radica el primer problema, en uno de esos "caprichos" del mandatario merengue que no llegó a cumplirse la temporada pasada. Florentino desearía el fichaje de David de Gea, por quien debería pagar un "pastón", mientras que Zidane se queda con Keylor Navas, guardameta que le ha sacado las castañas del fuego en más de una ocasión al equipo esta temporada.
En el centro del campo, otra de las posiciones a reforzar y de donde podrían salir Isco Alarcón y James Rodríguez, tampoco se consiguen poner de acuerdo. Mientras el francés quiere a su compatriota de la Juventus Paul Pogba y al extremo belga que él mismo recomendó hace años, Eden Hazard, el presidente tendría otros planes. Uno de estos sería el de mantener a James Rodríguez, por la millonada que costó, y optar por otro futbolista que no sea tan caro como Pogba, cuyo agente, Mino Raiola, no es muy amigo del club.
En la delantera Florentino Pérez podría tener ya casi pactado al atacante del Borussia Dortmund Aubameyang; un jugador que no desagrada, pero que el técnico francés ve como un futbolista que le cerraría la puerta al canterano Borja Mayoral, el joven en el que confía. Sólo vería bien su llegada en caso de que el club se desprendiera de alguno de los delanteros que tienen actualmente en nómina, y no parece que Zidane sea muy partidario de la salida de Karim Benzema de la plantilla.
Y para finalizar, está la defensa. En el lateral izquierdo saben que hay que reforzarse, y lo darán todo por el suizo Ricardo Rodríguez. En el centro de la defensa también habrá cambios, con la salida muy cercana de Pepe e incluso Sergio Ramos. Aquí apostarían por un central de entidad, del cual todavía se desconoce el nombre.