El defensor del Celta fue expulsado por una rigurosísima doble amonestación tras protestar una falta cometida en el minuto 57. El árbitro Clos Gómez desesperó al argentino con la expulsión y a todo el equipo local que a pesar de ello mereció la victoria con un jugador menos

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El Real Madrid se ha visto beneficiado claramente con una expulsión en el minuto 57 en su partido ante el Celta de Vigo. Los madridistas, que vencieron por 1-3, ganaban cero a dos cuando el Celta tenía las mejores ocasiones del partido y sólo Keylor Navas les separaba de la gloria. En un contragolpe blanco llevado por Sergio Ramos el dentrocampista Pablo Hernández lo cortó cogiéndolo por el hombro y se llevó la amarilla. Cabral le dijo que no era una buena decisión y fue expulsado.

Y a Clos Gómez se le fue todo de las manos en el momento que le enseñó la segunda amonestación al zaguero local. Después de permitir el juego duro y patadas por ambos bandos, sobre todo el blanco, acababa expulsando al menos indicado y sólo por haberle comentado que no estaba actuando en consecuencia. Esto provocó la ira de Cabral que se fue directo a por el árbitro y sus compañeros lo tuvieron que separar varias veces.

El defensor incluso llegó a tocar al colegiado para que le explicara el porqué de la expulsión, algo que nunca llegaría. Después de esto los jugadores del Celta perdieron la paciencia mientras veían que todo se ponía en su contra. Ante un árbitro con el que no se podía conversar y que esperaba el mínimo momento para volver a expulsar a otro jugador celtiña, los blancos se aprovecharon para tratar de sacar del partido a sus rivales.

Pero a pesar de esto, el conjunto gallego practicó su mejor fútbol y se vio con el 1-2 tras un golazo trmendo de Nolito. Incluso pudo empatar el partido jugando con uno menos, pero la dios fortuna y Keylor lo evitaron. Cabe preguntarse lo que habrían podido hacer con los once jugadores sobre el campo. Ahora que salga Benítez a hablar de penaltis y demás historias en contra de su equipo. Seguramente se ha quedado mudo con la última "manita" que le han echado a los suyos. Está claro que en la Liga española si no lloras no mamas.