En unas palabras concedidas al programa radiofónico "El Partido de las 12", después de que el pasado 15 de marzo dimitiera como seleccionador de Irán, Carlos Queiroz, quien fuera en su día técnico del Real Madrid, atacó a Florentino Pérez por su mala gestión de la plantilla del Real Madrid. El portugués recordó la temporada 2003-04, en la que él dirigió al equipo merengue, y no dudó a la hora de arremeter contra el luso.

"Florentino Pérez es una persona fantástica que cuando piensa que sabe mucho de fútbol, comete errores", dijo en primera instancia, asegurando que él pagó los platos rotos por la mala temporada del Real Madrid aquel año, perdiendo la Liga en las últimas jornadas y la final de la Copa del Rey contra el Zaragoza. "No quiso entender las cosas y al final yo pagué el pato. Durante mucho tiempo le dije que un Ferrari sin una rueda tiene problemas".

Y señaló que fue un "milagro" que el Real Madrid llegara tan lejos aquella temporada con la plantilla tan desequilibrada que tenía. "Nuestra caída no empezó tras perder la final de Copa (frente al Zaragoza, en Montjuïc). Lo hizo al principio de temporada. Fue milagroso que con la plantilla que teníamos pudiésemos estar 8 o 9 puntos encima del Valencia".

Ese verano, Queiroz recordó que el Real Madrid gestionó muy mal la plantilla, traspasando a Makelele y a Fernando Morientes y no fichando a recambios de garantías. "Hubiera bastado con mantener a Morientes, con no malvender a Makelele al Chelsea y fichar un buen central para sustituir a Hierro".

Y sorprendió poniendo al Barça como ejemplo de buena gestión. "El Barça, por ejemplo, no ha vendido a Luis Suárez, como nosotros vendimos a Morientes para luego derrotarnos (con el Mónaco, en la Champions); ni a Busquets, como nosotros a Makelele al Chelsea. Ni han dejado de fichar a un central, como nosotros hicimos para sustituir a Hierro". Hoy por hoy, en cualquier caso, el Barça está viviendo prácticamente la misma pesadilla que vivió Carlos Queiroz en el Real Madrid. Una Liga casi ganada que se escapa poco a poco, aunque todavía hay esperanza.